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ISSN 1989-4163

NUMERO 20 - FEBRERO 2011

Cuatro Poemas

Armando Rivero

Cuando contaron que una tormenta
             arrasó con el gran circo
que vieron una estampida de domadores y elefantes
         drogados por igual,
al hombre bala encasquillado dentro del cañón,
a las bailarinas flirtear con el aire
   en la atmósfera atentada por una nueva dimensión
y que sólo los payasos se tomaron en serio.
  Se clausuró la taquilla,
y una serpiente grande y fea
cogió el látigo del capataz.

Cuarenta años estuvo sin mudar la piel
el viejo y bigotudo reptil
  hasta que por fin, murió.

Nuevos políticos reabrieron la carpa con subvenciones
  pero jamás de los jamases
el espectáculo del gran circo
   volvió a ser lo que era.
Todas las ciudades corren la misma suerte
entre el viaje de la creación
y los sacos de azúcar que cobran al peso
 los asesinos a sueldo en el mercado de básculas.

Las llaves de las mazmorras se parten,
la acidez que sube hasta la primera garganta
torna mentolado el aliento del ogro
mantiene a raya a los fantasmas del cobertizo
y en un hechizo nos deja huérfanos de padre y madre.
 
Somos arrastrados a retenernos ante la aventura 
    a controlarnos ante las jugosas bailarinas del Tai Pan,
con los caminos invadidos por un ejército
                   caníbal y errante,
 privilegiados con el don para perder a la ruleta
        en una noche imantada que ya no nos pertenece
                           ni nos tiene en racha.

Así, que elijo ser amigo del Gran Zampanó y de Cabiria.

Combatía a la humanidad con dolor,
abandonaba los ascensores
 por preferir las escaleras,
su moda era sólo suya,
y vivía en la antecámara de la luz.

 

Inventaba su mitología sin dragones
obligó a las hadas a cumplir turnos de ocho horas,
a los cazadores a buscarla desarmados,
al lobo y por sorpresa, a interrumpir su digestión…

todo eso ocurrió cuando Caperucita
fue voluntariamente adoptada
       por la ciudad de los monstruos.

 

Sally también se encontró con el lobo
se mintió, y se metió dentro de su barriga
y así por fin…
se convirtió en parte del cuento.

circo

 

 

 

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