Como gran creadora de mitos, prototipos e historias universales, la literatura nutre una vez más la inspiración de los tebeos: esta semana presentamos dos adaptaciones de dos autores de talento, que han decidido poner imágenes a las palabras: a una de las Leyendas del sevillano Gustavo Adolfo Bécquer y a la obra del inmortal dramaturgo Molière, El médico a palos.
· El monte de las ánimas. David Rubín. SM, 2009. En la noche de difuntos, Alonso narra a su prima Beatriz la terrible leyenda que pesa sobre el Monte de las Ánimas. Sin embargo, Beatriz insiste en que su prime regrese al maléfico lugar para recuperar la banda azul que ha perdido en una cacería esa misma mañana. Lo que no sabe Beatriz es que las advertencias que le hacia su primo son algo más que habladurías de viejas que se cuentan al lado del fuego... SM sigue adelante con su línea de adaptaciones al cómic de grandes clásicos de la literatura española y universal. Entre los títulos de la segunda tanda que ha salido al mercado tenemos esta versión del cuento de Bécquer, El monte de las ánimas, adaptación que corre a cargo de David Rubín (Cuaderno de tormentas, La tetería del oso malayo, Romeo y Julieta -también en SM). Rubín intenta darle un aire fantasmagórico a este cuento de terror que escribiera el poeta sevillano: el número de páginas le permite planificar de forma distendida esta conocida historia breve. El resultado es una obra de fácil lectura, fiel al original, y con un marcado carácter tenebroso que capta bien la atmósfera gótica del original.
· El médico a palos. Enrique Lorenzo. SM, 2009. Un hombretón perezoso y aficionado a la bebida pasa su tiempo evitando cualquier tipo de esfuerzo o trabajo mientras su mujer se desespera. Un día, ella improvisa un plan para darle su merecido y que se las vea y se las desee para salir indemne. ¿Cómo puede un absoluto ignorante como su esposo acabar haciéndose pasar por médico? Y ¿qué pasaría si en su nuevo cometido se cruzase con un amor entre dos jóvenes amenazado por imposiciones familiares? Enrique Lorenzo adapta en esta obra la comedia de Moliére El médico a palos, una sátira ligera de enredos, malentendidos y con cierto trasfondo de denuncia sobre los matrimonios concertados, una práctica común en la época del autor de la obra. Lorenzo, que ya había adaptado el Lazarillo de Tormes para SM, sigue en estado de gracia: su trazo sencillo, agradable, predispone a las situaciones cómicas y acompaña a un guión ligero y bien adaptado. Utilizando con sabiduría tanto la sintaxis del mejor tebeo europeo como de la expresividad del manga, Lorenzo consigue un resultado personal y agradable al lector. Dos lecturas, en definitivas, tanto aptas para primeros lectores, como para los que en su día disfrutaron de la versión original. En estas adaptaciones, además del placer del texto, la personalidad de cada autor brilla sacando lustre al conjunto final.