AGITADORAS

 

PORTADA

 

AGITANDO

 

CONTACTO

 

NOSOTROS

       

ISSN 1989-4163

NUMERO 139 - ENERO 2023

 

La Doble Cara

Carmelo Arribas

En octubre del 2017, surgió un movimiento, el Me too, (Yo también), en las redes sociales, como reacción ante el acoso y agresión sexual, a las mujeres, del director de cine y ejecutivo Harvey Weinstein, y sin duda había un terreno abonado, porque el éxito fue arrollador. Recuerdo en cierta ocasión, allá por los años 80, en una de las veces en la que, los del grupo Alcandoria, nos reuníamos con actores del Festival Romano, a tomarnos algo y compartir conversaciones, que una de las actrices, bastante conocida en ese tiempo, ya de mediana edad, presumía de que ella no había tenido que acostarse con ningún productor, para conseguir papeles. Todavía recuerdo, una idea que me pasó por la mente, y que ahora juzgaríamos  como políticamente incorrecta.
-No me extraña.

Porque la verdad, es que la tenía enfrente de la mesita en la que poníamos los vasos y aperitivos, y no era como para enamorarse de ella a primera vista, aunque no dudo que tuviera otras cualidades.

Pero este comentario de ella, además de su intención de mostrar, con ello, que era tan buena actriz como para no necesitar meterse en la cama con nadie, indicaba en mi opinión, dos cosas: que había mujeres que se insinuaban y pagaban un "peaje" para conseguir contratos, y que había hombres que establecían condiciones a las aspirantes a un papel o trabajo, y si alguna que les gustaba quería trabajar, ya sabía, o renunciaba al trabajo, o...lo otro. Pero lo que decidiera finalmente, era cosa suya.

Y el Me too, denunciaba esta situación. En lo que, evidentemente, estoy de acuerdo. Pero como se ve, la responsabilidad no era sólo del hombre, porque había mujeres que se insinuaban para conseguir un trabajo, o un ascenso, y no sólo en el mundo del artisteo. ¿Pueden cebarse, después, algunas contra alguien, porque ya no consiguen el trabajo que quieren, o no las contratan como antes, a pesar de haberse "entregado" en su día a quien, ya no puede o no quiere seguir contratándolas, quizás incluso, porque: prefieren la calidad, se han cansado de sentirse utilizados, o porque ya se sienten menos atraídos por ellas y prefieren otras o ninguna, lo que provoca el cabreo y venganza contra ellos.

El 9 de junio del 2021, volvía Plácido Domingo  a pisar un escenario en España," desde que, en febrero del año pasado, el Instituto Nacional de las Artes Escénicas y la Música (Inaem) hiciera efectivo su veto, tras las declaraciones a una agencia de prensa de siete mujeres anónimas y la mezzosoprano Patricia Wulf, acusándolo de un presunto acoso sexual supuestamente cometido hacía décadas. «Cuando se cometen actos graves y se asumen, eso tiene consecuencias en la vida pública y en la vida social», manifestó entonces el ministro de Cultura y Deporte, José Manuel Rodríguez Uribes. Pero lo cierto es que el tenor jamás «asumió» ni reconoció ninguna de las acusaciones vertidas sobre él, y ninguna investigación concluyó que fuesen ciertas. Pese a la condena mediática –nunca hubo denuncia alguna – y a la pretensión de muerte civil de algunos –relevantes figuras públicas incluidas –, el público madrileño recibió esta semana al tenor con una ovación apoteósica y un lleno absoluto, en lo que parece una robusta discordancia entre el ruido del activismo identitario y el sentir de la sociedad." Comentaba un artículo de la Razón.

El otro día volví a ver unos dibujos de Goya, " Sueño de la mentira y la ynconstancia" que quizás no me llamaron atención en su día, pero que en la actualidad los encontré llenos de simbolismo y dobles lecturas. No me extraña que Goya finalmente no los publicara porque temería alguna reacción que le comprometiera. He leído algunos análisis de personas identificadas con el Museo del Prado, y no me han acabado de convencer. Porque sólo basta saber o tener a mano un "Diccionario de Simbolismos" como el de Jean Chevalier, ( 1100 páginas.) para comprender lo que "tiró para atrás" a Goya y sin necesidad de elucubrar suposiciones "cultas". Seguramente no publicó estos dibujos (de 1867), por el importante contenido crítico que volcó en ellos, que podría ser desentrañado por otros y suscitar algún tipo de reacción que le comprometiese. También se podría pensar, que lo que estaba narrando le resultaba demasiado personal y quizá doloroso, para exponerlo públicamente, por lo que decidió retirarlo. En uno de los dibujos, el personaje, si se mira detenidamente a su rostro, se puede considerar, que es su retrato, con lo que en cierta manera se identificaría con él.

La imagen principal, es el de una mujer joven y atractiva, rodeada de una serie de elementos que son los que muestran las ideas de Goya, que le "echaron para atrás" en la posible publicación.

De la cabeza de la mujer sobresalen unas alas de mariposa, "símbolo de ligereza de ánimo e inconstancia". Lo que ya define el ánimo de esta mujer, de dos caras, de las que una mira a un hombre que le coge con fuerza, abrazándole, un brazo, pero la otra cara mira a un castillo, símbolo de poder y riqueza. Mas abajo, otra mujer con doble cara le coge la mano, mientras otro joven también lo hace y pide silencio, o secreto, para que nadie se entere ¿Su novio?. Bajo ella serpentea una culebra. El diccionario de símbolos nos dice que "hombre y serpiente, son opuestos" La serpiente es un animal rastrero, que oculto, sale de entre sus piernas y que se comerá a ese "polluelo" deforme, que aparece pintado. La escena la mira con agrado una vieja, que seguramente es la que ha conseguido el "encuentro", y posiblemente también la que gestiona también las "relaciones" de la otra mujer del dibujo. En otro semejante, dos supuestos pollos, parecen un sapo, sinónimo de fealdad y torpeza, y al lado de la anciana, con cara de satisfacción, hay una bolsa que seguramente tiene dinero.

El significado es evidente, la mujer principal, de dos caras, camela a un hombre con la mirada puesta en la riqueza que conseguirá, y que como la serpiente, se alimentará del "polluelo", desplumado. ¿Pudo pasarle algo semejante a Goya y lo plasma en unos dibujos, que grabaría, pero de lo que se arrepintió luego? Quizás, porque él se identificaría con el pollo "desplumado" y devorado por la serpiente y quizás algunos descubrieran algún percance del pintor, del que salió "desplumado".

No será la única "denuncia". En uno de sus grabados, muestra a una mujer con máscara. El Manuscrito de la Biblioteca Nacional, dice de él: Los matrimonios se hacen regularmente a ciegas: las novias adiestradas por sus padres, se enmascaran y atavían lindamente para engañar al primero que llega. Esta es una princesa con máscara, que luego a de ser perra con sus vasallos, como lo indica el reverso de su cara imitando un peinado: el pueblo necio aplaude estos enlaces; y detrás viene orando un embustero en traje sacerdotal por la felicidad de la nación.

Y podríamos seguir con el "Pelele". " Persona débil o de poco carácter, que se deja manejar por los demás muy fácilmente." (Rae) y que nos muestra a un muñeco manteado por varias mujeres. No hace falta elucubrar mucho para descubrir la intencionalidad del cuadro.

Pero claro de todas estas cosas, en los que el hombre es manipulado por las mujeres, no se acuerda el Me too.

 

 


 

 

 

Goya

Me too

Me too

Goya

El sí

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 
@ Agitadoras.com 2023