Algunos piensan que en este convulso, finales de siglo XX y durante el XXI, se está haciendo un reseteo de la Historia, para adaptarla a unas ideas preconcebidas, que nada tienen que ver con lo que documentalmente, parece ser, se desarrollaron ciertos acontecimientos, realizando una relectura, con una visión actual, de aquellos, y sobre todo de sus personajes protagonistas.
Y entre otros elementos que forman parte de esta revisión, ha cogido una gran importancia la lectura feminista. Es cierto que la mujer siempre ha estado a la sombra del hombre, y sólo conocemos a grandes personajes femeninos, tanto en la política, como en la cultura, pero tampoco conocemos los nombres de miles de hombres, que a pesar de realizar grandes cosas, estas fueron acaparadas o aprovechadas por otros.
Pero lo que sí es cierta, es la reacción social, frente a una división de tareas, en las que a la mujer se le otorga casi en exclusiva, la del cuidado de los hijos y del hogar, aspecto tan importante, como el de ganar batallas, y se le relega a un segundo plano, en cuestiones culturales, o de poder, de ahí que cuando surge algún nombre, se resalta porque constituye una excepción a lo habitual.
En el 1848, tres mujeres Cady Stanton, Lucretia Mott, Elizabeth Cady Stanton y Susan B. Anthony promovieron la convención de Seneca Falls, cuyo manifiesto es considerado, a día de hoy, el texto fundacional del feminismo como movimiento social. Las peticiones que se incluyen en su Manifiesto, nos muestran la carencia de Derechos que tenían en aquella época, ya que: no podían votar, ni presentarse a elecciones, ni ocupar cargos públicos, ni afiliarse a organizaciones políticas o asistir a las reuniones políticas. La parte económica, era todavía mas penosa y dura, ya que las obligaba a depender siempre de un personaje masculino, porque no podían tener propiedades, puesto que los bienes eran transferidos al marido; ni podían dedicarse al comercio, tener negocios propios, o abrir cuentas corrientes. Tras esta Convención, Cady Stanton publicó en 1895 una de sus obras más conocidas, "Women´s Bible", en la que trataba de dar forma a la historia del cristianismo, desde la perspectiva femenina e invitaba a una relectura de las Sagradas Escrituras. La labor pionera de Stanton ha servido de base para la teología feminista que se desarrollará durante los años 60 del siglo XX. Y resalta que con la nueva fe, la mujer parece verse favorecida por el "éthos" (Forma común de vida o de comportamiento que adopta un grupo de individuos que pertenecen a una misma sociedad) igualitario de los que acompañaban a Jesús y que adoptaron sus seguidores más cercanos, y que les había permitido a las mujeres, el desempeño de importantes labores dentro de este grupo, como la difusión de esta doctrina e ideas a las nuevas comunidades El desarrollo de los estudios de la mujer, en el cristianismo primitivo trajo como consecuencia la aparición de diferentes corrientes y planteamientos metodológicos. El materialismo, ha propagado siempre un visión negativa de la influencia del cristianismo hacia la mujer, pero no fue así, la mujer fue una pieza fundamental en la difusión del cristianismo, en la que ella adquiría un importante protagonismo. Y para fijar un elemento incuestionable que reúna los ideales femeninos y muestre su importancia en esta nueva sociedad, se crea un icono, el de la Virgen María, que acapara en él, todas las virtudes femeninas y su protagonismo, y que se constituye en pieza fundamental para romper ciertos arquetipos sociales. En ella se depositan ciertos mensajes de conductas que la mujer debe imitar, como el que se lanza en el Renacimiento, a través de las representaciones marianas, entre las que hay una gran abundancia de imágenes de Vírgenes con un libro en la mano, para transmitir que las lecturas de libros, y la cultura, no deben ser ajenas a la mujer, sino una costumbre a imitar, ya que lo hace la Virgen.
Y sí, es cierto, que la labor de la mujer es fundamental, en la implantación inicial del cristianismo, en el Imperio Romano, ya que esa religión les daba un protagonismo del que socialmente carecían. Y esto puede encontrarse en bastantes pasajes como, en los Hechos de los Apóstoles, en el que en uno de ellos, Pablo agradece la labor de un matrimonio, en la difusión de la doctrina cristiana. Y nombra primero a Prisca (Priscila), lo que indica una deferencia, porque el matrimonio de Prisca y Aquila, tienen en su casa una "Domus ecclesiae", una habitación para las reuniones, y en cuyo comentario, parece indicar un protagonismo de Priscilia "Saludad a Prisca y a Aquila, mis cooperadores en Cristo Jesús, los cuales para salvar mi vida expusieron su cabeza."
Es evidente que la situación de los derechos de la mujer, en el transcurso de la Historia, ha tenido altibajos, pero quizás el separarla de la sociedad creando una mentalidad "feminista", no la beneficie, porque lo importante, es el concepto "persona", en el que estamos todos incluidos y en donde los derechos no hacen distinciones. Y tal como define la RAE la palabra. "Persona:
F."Individuo de la especie humana.
F.Der. Sujeto de derecho."
Persona, es un concepto igualitario, y es una palabra femenina, y a nadie se le ocurre decir "persono".