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ISSN 1989-4163

NUMERO 119 - ENERO 2021

 

El Sueño del Alfarero

Francisco Marín

Autor: Emilio Gil Ibor. Editorial Amarante (2020). 378 pgs. 19,99 €

No siempre se tiene la suerte de ver “nacer” a un autor y, además, acompañarlo en el inicio de su recorrido. A mí me ha ocurrido con Emilio Gil Ibor, y quiero seguir escoltando su devenir. Una de las características de Emilio es la claridad de su prosa y el dominio de los diálogos; dominio, que te hace interaccionar con los personajes.

Tres son las novelas publicadas. Tres son los personajes centrales, en cada una de ellas: Inspector Escrihuela, subinspector Calabuig y el médico forense Daud… en cada una de las historias, amén de intentar solucionar los problemas planteados, sobrevuela un tema paralelo: En Violín roto, la adopción de niños después del desastre de Chernobil. Seres de cristal va acompañado de acoso laboral y en El sueño del alfarero la venganza rodea a los tres protagonistas…

Un cadáver desnudo y cruelmente torturado aparece en el fondo de la piscina vacía de un polideportivo abandonado en Cumbres de Calicanto. No hay denuncias de desaparecidos, ni nadie que reclame el cuerpo. Un ticket de supermercado, pegado al cuerpo de la víctima, es lo único con lo que cuenta el inspector Escrihuela para comenzar la investigación. Ese mismo día el subinspector Gustavo Calabuig, compañero de Escrihuela, sufre un accidente de tráfico al abandonar el lugar de los hechos. Un extraño incidente que lo lleva directamente a la UCI del Hospital. Los médicos temen por su vida, y a Escrihuela, roto por el dolor y la incertidumbre, le asignan una nueva compañera en una investigación en la que nadie es quien parece ser.

En “El sueño del alfarero” confluyen personajes ligados a situaciones de corrupción política y policial, venganzas, traiciones e insólitas historias de amor. Todo ello solapado con un análisis de las consecuencias que la maternidad en soltería provocaba en la mujer a principios de los años ochenta del pasado siglo. Y de fondo un sueño que hunde al inspector Escrihuela en las raíces de su pueblo, Alaquàs, históricamente un lugar de alfareros con el que comienza y cierra la narración.

Merece la pena leer a Emilio Gil Ibor, pues pasará unas horas muy entretenidas y, siempre, algo se aprende. ¡¡¡FELICIDADES EMILIO!!!

Emilio Gil Ibor (Alaquàs, Valencia, 1958). Licenciado en Farmacia. Comenzó a ejercer su profesión en Pinarejo (Cuenca), donde se aficiona a la lectura, encontrando en ella una gran aliada para combatir las horas muertas y la soledad. Después de una década abandona el ejercicio de la profesión para volver a su pueblo natal, trabajando durante cerca de veinte años en la industria. Ha sido docente de Formación Profesional, para el Empleo y en la actualidad se dedica a cumplir su sueño, escribir. La novela negra es su verdadera pasión literaria. En 2018 publicó su primera novela Violín roto. En 2019 vio la luz Seres de cristal. En este extraño 2020 nace, de la mano de Amarante, El sueño del alfarero.

Emilio Gil Ibor nos recibe en la sierra de Perenxisa, Valencia, muchas gracias…

P.- ¿Cómo le está afectando la pandemia?

R.- A nivel individual poco. Me he trasladado a vivir a mi segunda residencia, en la sierra Perenxisa -esa donde se desarrolla buena parte de esta novela- y solo he salido de allí para hacer la compra; así que, sin problemas, disfrutando de la jubilación. A nivel colectivo es otra historia. Como farmacéutico soy muy consciente de la gravedad de la pandemia, tanto por sus consecuencias sobre la salud de las personas como sobre los aspectos sociales y económicos. Tengo depositada una gran esperanza en la vacuna y pido, a todo el que me quiera escuchar, que no se tomen a broma el asunto estas navidades, que tengan un poco de paciencia que falta muy poco.

P.- Escribe ¿más o menos? y ¿leer?

R.- Esta novela comencé a escribirla a primeros de año y cuando se declaró el estado de alarma llevaba escritos cinco capítulos. Al contrario de lo que muchos puedan pensar, fui incapaz de escribir una sola línea hasta primeros de junio; la situación epidemiológica paralizó por completo mi creatividad. Entre junio y julio terminé la novela. Así que no sabría decirle si escribo más o menos, quizás lo mismo pero distribuido de distinta forma. En cuanto a la lectura no hay duda, creo que este año voy a batir todos mis récords: desde primero de año hasta hoy han sido 83 novelas con cerca de 1.200 horas de lectura. Sin duda, la pandemia y mi reciente jubilación son los responsables de semejante atracón.

P.- Tercera novela con Calabuig, Escrihuela y Daud ¿en cuántas más aparecerán juntos?

R.- De momento no he pensado en jubilarlos, creo que todavía tienen recorrido, aunque en estos momentos estoy trabajando en dos proyectos a la vez: uno con y otro sin ellos. Veremos cuál llega antes a la meta. Con Escrihuela y sus amigos me siento muy cómodo, son una plataforma excelente para abordar diferentes temáticas. Cuentas con la ventaja de que los personajes ya están construidos, son sólidos y coherentes, el inconveniente es que el lector ya los conoce mucho y resulta más complicado sorprenderlo; quizás por eso he comenzado una aventura sin ellos. 

P.- Adopción de niños ucranianos en Violín roto, acoso laboral en Seres de cristal, venganza en El sueño del alfarero...cada uno de estos temas ¿los tiene planteado previamente o surgen durante la redacción?

R.- Vayamos por partes. Violín roto surge de la necesidad de plasmar negro sobre blanco una realidad que conozco bien. Tengo dos hijos biológicos y dos hijas adoptadas en Ucrania. Ojo, la novela no cuenta la historia de mis hijas, pero todo el bagaje que supone una adopción internacional y que queda plasmado en la novela viene de primera mano. En Seres de cristal el tema estaba planteado claramente desde el principio, quería hablar del acoso laboral porque es una lacra que va a más. En cuanto aElsueño del alfarero, cuando lo comencé solo tenía claro el final y los motivos de la trama. En esta ocasión me dejé llevar por lo que iba sucediendo sin olvidar dónde quería llegar, y la verdad es que me ha gustado mucho el resultado. Hay que probarlo todo.

P.- Una cuestión que siempre comento con los autores: ¿en algún momento los personajes se les van de las manos y actúan por su cuenta?

R.- No, en mi caso no. Sí me sucede que determinadas situaciones abren la puerta a caminos que en un principio podrían no estar previstos. Sopeso la conveniencia de tomarlos o no, pero siempre con la vista puesta en el lugar a dónde quiero llegar. Los personajes solo están en mi cabeza y, por lo tanto, no actúan por su cuenta, sino bajo mi voluntad.

P.- Tres años, tres novelas ¿podrá mantener este ritmo... novela por año?

R.- No lo sé. La novela parte de una idea que no siempre es fácil de encontrar, después llega un tiempo de maduración en la mente y al final salta la chispa que me permite verla claramente como un todo. No sé esa chispa cuán fiable es, ni qué periodicidad tiene. Si me es fiel se podrá mantener el ritmo, de lo contrario habrá que esperar.

P.- ¿Cuándo tiene previsto presentar esta nueva obra?

R.- Eso dependerá de la situación epidemiológica. Lo único que tengo claro es que será primero en Cartagena y después en el Castillo de Alaquàs.

P.- Venda su novela ¿por qué hay que leer El sueño del alfarero?

R.- Es algo que siempre me cuesta. Quizás El sueño del alfarero, es el libro que me hubiera gustado leer. Es una novela muy humana y cercana, no cuesta nada empatizar con los personajes y sumergirse en su mundo, porque es el mundo de gente como usted o como yo. Sus reflexiones y diálogos son claramente reconocibles porque todos, en mayor o menor grado, los hemos vivido o acabaremos viviéndolos. Si a todo ello le añadimos una trama llena de misterio, de las que enganchan, pues eso: léanla y disfruten con ella…

P.- Sus planes a corto y medio plazo ¿son?

R.- No han cambiado. Intentar ser feliz, disfrutarlo con la familia y continuar pasándolo bien escribiendo ahora que la jubilación me lo permite. Si dentro de un tiempo la editorial decide volver a confiar en mí, magnífico, y si no, como dijo Kavafis "Y si la encuentras pobre no es que Ítaca te haya engañado, sabio y viejo como te habrás hecho, sabrás lo que quiere decir Ítaca".

 

 

 

 


 

 

El sueño del alfarero 

 

 

 
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