Hemos despedido un año más, que podemos decir, lo cierto es que esperábamos más del año que ya ha terminado, de todos los implicados, del ejecutivo, de la población, de la providencia.
El año se despidió con las arcas aún vacías, para según para que por supuesto, como siempre. Se despidió con un monarca no electo viviendo en su palacio mientras cada día ciudadanos son arrancados de sus hogares y puestos en la calle, bajo el paraguas de la legalidad, el amparo del gobierno y la indiferencia e inmovilidad del Rey.
El año se va con la reválida activa, con recortes gravísimos en sanidad, en educación y en bienestar social.
Se despide de nosotros sin que ninguno de los imputados en los numerosos casos de corrupción, de prevaricación y de estafa devuelva ni un euro.
Se va con enjuiciamientos antidemocráticos resguardados tras una constitución añeja y rancia.
Con un juicio por sedición totalmente inconcebible, me quedo angustiada con la sensación en la boca del estómago de que en cualquier momento observaremos una ejecución en la Puerta del Sol por traición a la corona.
Acabamos el año sin dar voz al pueblo en las urnas.
Con las salas de urgencias de los hospitales a rebosar, con horas de espera para los enfermos sean adultos o niños por falta de efectivos, de médicos, de medios.
Le decimos adiós con las carreteras plagadas de muertos, prueba inequívoca que la mayoría de radares tienen tan sólo un fin recaudador, sino extorsionador.
Con jóvenes sin recursos o sin trabajo y sin esperanzas. Con serias dificultades para acceder a los estudios, al mundo laboral y a la independencia.
Despedimos el año con sueldos más bajos e impuestos más altos, con abusos intolerables hacia los autónomos, la tercera edad y con todos aquellos cuyo pensamiento difiere del encorsetado nacionalismo español con pudiente aire falangista que impera en la Moncloa y la Zarzuela.
Con falta de innovación y progreso, con una Europa que nos resitúa como ciudadanos de segunda y nos empobrece. Con un nuevo presidente en Estados Unidos racista, machista e ignorante muy de la escuela de Rajoy a decir verdad.
Hemos dicho bye,bye al 2016 con pronósticos lamentables sobre ecología, economía sostenible y expectativas de futuro.
De nuevo lamentando no ver cumplidas las metas propuestas
2016 definitivamente esperábamos más.
Estrenamos 2017 con fuerza para que no se diga, con ilusión que nos hace grandes, con esperanza que es lo último que se pierde.
2017, de ti definitivamente esperamos más.
