Tu Cuerpo Mojado de Cenizas sin Remite
Ramón Asquerino
(A mis dos Marías Dolores, para el 10 de enero de 2015)
Me perderé por el dédalo de las calles buscando la sombra de usted: Los paseos de circunvalación , Patrick Modiano
Hoy estás tan cansada
que ya ni puedes mirarte a ti misma,
mientras te está lloviendo a pena máxima
un lento domingo por la tarde, noche
donde no se oye ni un paraguas en la ventana,
y el silencio húmedo responde
al miedo empapado en ausencias,
párpados tiritando de ceniza
tan verdes como ya caídos de maduros,
oscuros, inseguras de ellas mismas,
lejanos en la plaza de la fuente.
La tibia luz de cierros y casapuertas
derrota de la memoria es la imagen
cuando hoy han entrado los membrillos
muy despacio en la plaza a oscuras.
Y lloverá allí, como con un amarillo silencio.
Lloverá sobre tu cuerpo mojado,
minado de tantos años a la intemperie
por las noches, sin más sábanas que tus brazos,
dolido laurel de tierra y piedra,
que huelen a tarde y jaras de madreselvas.
Tu pobre cuerpo mojado de cenizas escondidas,
reto de alimañas en un rastro
nemoroso donde no podrán descansar las palabras
más que en el aljibe de la lluvia de tanto llorar.
--Me perderé por el dédalo de calles buscando vuestras sombras--.
La oscuridad más intensa de tus ojos
es el oído donde se afana mi voz
para deletrearte los últimos sueños
que te intentan buscar, paladares sin miedos,
hasta la esquina misma de tu butaca verde donde se rompían
las olas de la espera, y desde cuyo brazo abrazabas la noche
de aquellos ojos míos de mil novecientos sesenta,
sentada en la tarde que coloreaba de oscuro café
la sensatez en punto de tu boca, echando humo,
por una tacita de espeso cristal, en cuyo poso podías
leer las novedades del silencio y la mano transparente
de la tarde reptando a cuestas con su ocaso.
Respiraban los relojes, lubricanes ávidos,
su cuenta de pulsos y yerbabuena,
el piano descansaba, yertas las yemas de los ojos,
un suspiro de libros atardecía, abierto hasta las páginas,
y los secretos de las cartas jugaban debajo de la mesilla
de mis dos Dolores su labor de ganchillo y besos.
Tu cuerpo mojado de cenizas escondidas
y sin remite.