Muerte en el Ministerio
Francisco Marín
Autor: M. Delbal. Editorial Amarante (2014). 258 páginas. 17,00 €.
« Los que puedan se irán de aquí, llevándose consigo la semilla del futuro » (página 181).
Esta es una, entre las muchas, denuncias que nos podemos encontrar en este libro. Me duele especialmente la expresión porque, si nadie lo remedia, lo voy a sufrir en primera persona. Muerte en el Ministerio es la excusa perfecta para plantear denuncias y plasmar negro sobre blanco la mala deriva que lleva este país llamado España.
Muerte en el Ministerio es, en mi caso, aquella novela que me gustaría haber escrito. No puedo hacerlo porque me siento incapacitado para escribir una historia y, menos, novelarla. M. Delbal escribe con una prosa clara y directa... con una precisión que te hace daño mentalmente y, a la vez, te hace pasar vergüenza por lo que está pasando en España. Es el relato de la ignominia y el desmantelamiento del estado del bienestar por el que hemos peleado... «La gente pierde capacidad económica, los expulsan de sus casas, les quitan derechos y prestaciones sociales. Todo lo que hemos visto construir a lo largo de décadas se está derrumbando irremisiblemente, en un abrir y cerrar de ojos» (página 154).
Muerte en el Ministerio se desenvuelve en torno a un caso criminal: la muerte violenta de un alto cargo en su despacho oficial. La investigación policial se adentra en la personalidad de la víctima y explora su entorno privado y profesional. Controvertido entre sus colegas, odiado por el personal y políticamente molesto, al muerto no le faltaban enemigos. A través de numerosos personajes, el relato va desgranando hechos, pruebas y testimonios, que descubren conflictos familiares, amores ocultos y un oscuro pasado político. El escenario de la trama es un país asolado por la brutal crisis económica y profundamente deteriorado por la corrupción y el abuso de los poderosos.
Es tan claro el lenguaje y tan diáfana las descripciones que a pocos les quedarán dudas de quién se esta hablando: «...se habían disputado la candidatura del partido a la presidencia de la comunidad de Madrid... sorprendió que repentinamente se retiraran de la liza... en provecho de un joven político prometedor... continuador de la saga iniciada por su brillante padre...» (página 155). «El ex presidente del partido, un hombre arrogante y afectado» (página 239).
Queda patente la excesiva burocracia inútil y el cuantioso gasto que esto conlleva en detrimento de áreas realmente necesarias: docencia, sanidad, Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado...: «Quise referirme únicamente al excesivo número de burócratas de despacho, a esas huestes de funcionarios de sillón y ventanilla que proliferan por las diversas administraciones públicas españolas» . (página 114).
Cuando los policías que investigan el asesinato, en la sede del ministerio, oyen conversaciones que dejan patente que...en Navidad no se va a cobrar paga extra, que se quedan sin días libres..., que cuando uno caiga enfermo va a tener que elegir entre ir a trabajar arrastrado o perder el salario... Nace el miedo y temor, entre ellos, de tener que reprimir protestas de los ciudadanos por tantos y tantos atropellos... No es extraño que uno de los protagonistas exprese: «Terminaremos convertidos en aquellos “grises” del franquismo, cargando contra nuestros propios compañeros. Ya hemos empezado a hacerlo en la calle con personas que protestan y se manifiestan, desesperadas e indignadas. Mientras tanto, los criminales de cuello blanco dirigen nuestros destinos» (página 87).
Nadie puede perderse esta lectura y... si hubiese vergüenza sería obligatoria para todos los “salva patrias” que se van a presentar en las próximas elecciones. Libro de cabecera para todos los ciudadanos... Todos estamos reflejados en él... Todos somos, de alguna forma, protagonistas de la historia.
Mis respetos a la autora y a Amarante por el trabajo llevado a cabo.
M. Delbal (Madrid) autora o coautora de varias publicaciones profesionales en materia de Derecho Administrativo y en los ámbitos de Planificación Estratégica y Educación Fiscal para niños y jóvenes, obras que poco tienen que ver con la literatura.
Además de las publicaciones de libros técnicos, inherentes a su carrera profesional, destacamos de su bibliografía literaria:
- El amuleto, cuento infantil para 8-14 años, con ilustraciones en color (2012).
- El lago encantado, cuento infantil para 7-12 años, con ilustraciones en color (2012).
- Algo va a ocurrir, colección de cuentos infantiles para todas las edades, con ilustraciones en color (2013).
- Muerte en el Ministerio , es la primera incursión de la autora en la novela para adultos.
Disfrutamos de una agradable conversación con la autora...
P.- ¿Cómo, cuándo y por qué se le ocurre escribir Muerte en el ministerio ?
R.- La situación económica, política y social de España, en progresivo y desolador deterioro, nunca me ha dejado indiferente. Las reiteradas medidas contra los funcionarios públicos contribuyeron a mi decisión al facilitarme un escenario de partida para escribir sobre todo ello. Así surgió este proyecto literario a finales de 2012.
P.- ¿Cuál es el mecanismo mental que permite un salto tan grande como es pasar de escribir cuentos infantiles a escribir una novela "negra"?
R.- En realidad fue al revés. Siempre me ha gustado escribir y hace mucho que me gano la vida como “escribiente” para adultos. Mi primera publicación fue profesional. Luego aparecieron mis sobrinos e inspiraron los cuentos infantiles que al principio les contaba, y después escribí e ilustré para ellos.
P.- ¿No ha encontrado mejor camino, para hacer una denuncia social, en toda regla, que parapetarse en una historia de asesinato...?
R.- Procuro seguir cuantos caminos veo a mi alcance; esta novela es uno de ellos. No he concebido la historia de asesinato de “Muerte en el Ministerio” como un parapeto sino como un vehículo. Descubrí que la novela policiaca, negra o de intriga puede ser un soporte excelente, una percha de la que colgar muchas y muy variadas cosas.
P.- Me imagino que la base documental, si la ha habido, habrá sido la visión directa de la realidad, prensa y BOE... o ¿hay algo más?
R.- Mirar y saber ver lo que pasa ante los ojos es una buena fuente. En mi experiencia está la verosimilitud del relato. Lo demás es ficción.
P.- ¿Le fue difícil encontrar editorial?
R.- No fue fácil, desde luego. Soy ajena al mundo editorial y esta novela encierra dosis de atrevimiento. Pero tuve ánimo para insistir.
P.- ¿Cómo ve la situación social y política en España? ¿Piensa que los políticos van a lo suyo... a su interés... por encima del ciudadano?
R.- No me gusta generalizar, no me parece lícito. Sin embargo, el nivel de abuso de cierto club de poderosos, del que los malos políticos son sólo una parte, se ha convertido en intolerable. No paró con la crisis ni parece detenerse con los escándalos, sino que persiste y se extiende. La situación social y política de España es lo más negro de esa novela negra que acabo de publicar.
P.- Hay una frase, entre muchas, que me preocupa bastante: "Por desgracia, España, no cuenta con el liderazgo de una auténtica clase dirigente" (páginas 153/154). ¿Ha habido en algún momento, a su juicio, una auténtica clase dirigente en España?
R.- Mi vida es corta en la historia de España, pero he conocido tiempos mejores. Quizá seamos ese pueblo de espíritu burlón y de alma quieta al que se refirió Machado, del que salen grandes personas individuales pero que es incapaz de generar un grupo humano notable. No quiero creerlo. En España debe ser posible construir una auténtica clase dirigente digna de tal nombre.
P.- ¿Qué opinión le merece el intento de independencia por parte de algunos políticos catalanes... y otros del resto de España, que bien por acción o pasotismo lo están permitiendo?
R.- No es novedad que los ricos quieran más, lo incomprensible es que hayan logrado reclutar a los que no lo son y, más aún, que cuenten con el apoyo de intelectuales que han perdido su conciencia crítica. Me apena mucho todo esto, también personalmente. Es otra triste historia de lucha por el poder, aunque no oigo a nadie llamarla por su nombre.
P.- Al escribir la novela ¿era su intención redactar la historia de ahora mismo en España... o como dicen mis amigos escritores, los personajes la han llevado por ese camino?
R.- Mi intención era decididamente reflejar en esta novela la situación sociopolítica contemporánea de España. Los personajes cobraron después vida y libertad sobre el papel y, a su vez, me arrastraron con su propia visión de los acontecimientos.
P.- ¿Hay esperanzas en que España mejore... en todos los sentidos?
R.- No me permito perder la esperanza, pero esa esperanza debe ser activa. Nunca es demasiado tarde y siempre hay algo que podemos hacer. Como he querido expresar con la cita de la escritora P. D. James, recientemente fallecida, que encabeza el libro, aunque no creamos ya, sigamos diciendo las palabras, hasta lograr que recuperen su sentido.
P.- ¿Cuáles son sus géneros y autores favoritos?
R.- Me gusta la buena literatura en general. La novela realista del siglo XIX es posiblemente mi favorita, sea española, francesa, británica o rusa: Pérez Galdós, Emilia Pardo Bazán, Jane Austen, Flaubert, Tolstoi… Escuela de Mandarines y Cien años de Soledad son dos obras del siglo XX que me impresionaron. Entre los contemporáneos vivos que escriben en español (las pésimas traducciones han mermado mi interés por los autores en otros idiomas), puedo citar a Mario Vargas Llosa y a Javier Marías entre mis preferidos. Henning Mankel, P. D. James, Lorenzo Silva o Q. Xiaolong son algunos de los escritores que me han hecho descubrir el placer de la novela policiaca.
P.- ¿Qué está leyendo ahora mismo?
R.- Racconti con figure , de Antonio Tabucchi.
P.- Como lectora qué prefiere: ¿libro electrónico o libro en papel?
R.- Leo en ambos soportes. El libro electrónico es estupendo para almacenar y transportar mucha literatura en poco espacio, pero debo confesar que prefiero el libro de papel. Paso demasiadas horas ante el ordenador y me gusta reencontrarme con mi dimensión tangible.
P.- ¿Qué manías tiene a la hora de escribir?
R.- Varias. Tengo afán perfeccionista y obsesión por el lenguaje. Además, pese a que prefiero leer un libro de papel, sólo soy capaz de escribir con el teclado.
P.- Cuéntenos alguna curiosidad literaria personal que le haya ocurrido y no desvelada hasta ahora.
R.- Me preguntó al principio cómo se me ocurrió escribir Muerte en el Ministerio . En realidad la desencadenó una sugerencia dicha en broma y de pasada, durante una conversación de café, por una persona que ni siquiera lo sabe.
P.- Sus proyectos inmediatos y futuros ¿son?
R.- Supongo que se refiere a proyectos literarios. Sí que los tengo, pero ahora mismo estoy absorbida por los avatares de esta novela que acaba de nacer.