Con el fin de cerrar este año fotográfico he visitado dos muestras de muy buena factura. La primera se puede admirar en The National Portrait Gallery, el gran templo inglés del retrato. Es la culminación del proceso de refinamiento y selección de cerca de seis mil imágenes que llegaron este año ante la convocatoria de la firma Taylor Wessing, compañía que patrocina un gran concurso de retratismo cada año en Londres.
Este concurso ofrece un primer premio por valor de 12.000 libras esterlinas y es de participación libre. La muestra aglutina tanto a aficionados como a profesionales de toda Europa y muchos otros quienes envían sus trabajos desde Norte América. Luego de una apretada selección en la que participan destacados fotógrafos, se escogen 300 imágenes de las cerca de seis mil que llegan al concurso. Para la muestra final, que se exhibe en la Galería durante los meses de noviembre a febrero, se eligen 60 retratos.
La selección habrá sido reñida ya que los retratos a la vista son un verdadero caleidoscopio del talento fotográfico que florece en Inglaterra y otras latitudes. El retrato tradicional y las tendencias modernas están bien representados. La muestra es un compendio de este arte y en él vemos trabajo documental y excelentes ofertas de sabor contemporáneo. Paralelo a la exhibición oficial se ha montado un salón virtual de Refusées, muy al estilo de aquellos concursos de mitad del Siglo xix en París, donde se exhibía la pintura que los jueces de institución desechaban por considerarla indigna de estar presente en el salón oficial. (Ver http://portraitsalon.co.uk/)
Los retratos exhibidos en las paredes de la NPG al igual que los mostrados por internet son de innegable alta calidad. La obra fotográfica de origen vario muestra una amplia concepción del arte del retrato fotográfico y abarca desde lo erótico-artístico hasta lo sublime-retórico.
(Ver: http://www.npg.org.uk/photoprize1/site12/index.php)
La segunda exhibición, A Question of Colour, lleva al visitante hasta los salones de la Somerset House, magnífica construcción de antecedentes imperiales, donde se puede admirar una interesante exhibición dedicada a la filosofía estético-fotográfica de Henri Cartier-Bresson expresada en el planteamiento personal sobre su técnica, el Momento Decisivo.
Cartier-Bresson se hizo inconfundible por el equilibrio armónico de sus imágenes. La muestra explora la imagen fotográfica mediante el trabajo artístico de un selecto grupo de fotógrafos modernos, quienes se distinguen del maestro francés en que son todos coloristas.
Cartier-Bresson desconfiaba del color (“ Una fotografía a color publicada en una revista o en una edición medio lujosa a veces da la impresión de ser una disección anatómica mal ejecutada.”)
Peter Galassi, curador de fotografía del Museo de Arte Moderno de Nueva York define la actitud de Cartier-Bresson hacia la fotografía a color como “una cuestión marginal – algo molesto o en el mejor de los casos una tentación pasajera, nunca parte estructural de su obra”.
Vale la pena mencionar que en 1952 Cartier-Bresson publicó su libro seminal, Images à la Sauvette, en la que hace el enunciado de su forma de trabajo. La edición inglesa se llamó The Decisive Moment, manifiesto artístico cuya portada estaba adornada por un dibujo de Matisse.
En él el fotógrafo hace alusión a un texto del siglo xvii emitido por el Cardenal Retz, que dice: “Nada hay en este mundo que no tenga un momento decisivo”. El gran maestro francés haciendo referencia a su trabajo dijo: “Para mí, la fotografía es el reconocimiento simultáneo, en una fracción de segundo, del significado de un evento al mismo tiempo que la organización precisa de las formas que otorgan a ese evento su propia expresión”.
En una entrevista posterior añadió: “La fotografía no es como la pintura. La creatividad cabe en una fracción de segundo cuando se hace la toma. El ojo debe ver una composición o una expresión que la vida misma ofrece y hay que saber por intuición cuándo disparar la cámara. En ese preciso instante el fotógrafo se hace creativo. Una vez pasado el momento, se ha ido para siempre”.
La muestra en Londres es una paráfrasis del dictum del gran francés quien permanece, ocho años después de su muerte, primero en la tabla de goleadores de las ligas mayores en la historia visual del siglo xx.
La lista de fotógrafos en la muestra incluye a Saul Laiter, Joel Meyerowitz, Trent Parke, Alex Webb y Helen Levitt, entre otras luminarias de la fotografía de nuestros días.
Ver: http://www.somersethouse.org.uk/visual-arts/henri-cartier-bresson-a-question-of-colour