Si te llamaras noviembre
respirando la niebla que acaricia el Duero
y vinieras a recoger
ropa vieja y seca
que mis brazos no alcanzan.
Si te llamaras noviembre
escribirías mi nombre
en cada hoja
en cada piedra
como una oración
en cada fruto maduro, esperanzado.
Si te llamaras noviembre
Viacrucis delator
marchitos suspiros
derramarían la osadía de vivirme.
Me cubrirías despierta
desnuda
despojada...
Y me rendiría ante ti,
como soy
sin nada
con la fecha en la mano,
tendida y sola.