Estos primeros días de noviembre, en los que se recuerda a nuestros difuntos, y los cementerios se llenan de gente, me ha venido a la mente, el complejo entorno, alrededor del mundo funerario romano, y entre estas cosas, las bustuarias, las prostitutas "especializadas" en los cementerios. Ya sabemos que la palabra "busto", proviene de la vieja costumbre romana de realizar un retrato, habitualmente de mármol, de la cabeza del difunto del que se había quemado su cadáver, "bustum" ( de ahí la palabra combustión), en la ceremonia funeraria y con frecuencia, estas cenizas, se guardaban en unas urnas que se depositaban en los "columbarios" familiares, a veces adornados con pinturas, el nombre de columbario, proviene de "columba" "paloma" por su semejanza a los palomares,. Estos retratos solían tener un lugar en altar familiar de las casas.
En Roma y las ciudades del Imperio, las entradas a las poblaciones, de las grandes calzadas, estaban rodeadas a un lado y a otro de necrópolis, y cuyas tumbas eran más lujosas y caras cuanto más cerca estaban de estas Vías.
.Pero esta situación de las necrópolis y las ofrendas que se solían hacer a los difuntos, dotaban a estos lugares de una ajetreada vida, poblada de toda clase de personajes, desde los que robaban las ofrendas, o a los que venían a hacerlas, hasta abundantes prostitutas, llamadas "bustuarias". A veces me ha entrado la duda, si la palabra "busto" en su acepción de :"Pecho de mujer", tendría más que ver con la exhibición de esta parte de su anatomía por parte de estas mujeres, que con la definición de la "parte superior del cuerpo humano".
La presencia y el interés de los más importantes personajes porque sus tumbas estuvieran lo más cercanas a los márgenes de las calzadas, respondía no sólo a la afirmación de su nivel social, sino sobre todo para evitar que desapareciera su recuerdo, ya que el olvido, era considerado la auténtica muerte.
En el Museo Nacional de Arte Romano de Mérida, hay un impresionante y emotivo epitafio en el que se puede leer:"Praeterisse potes." ("Puedes pasar de largo"), pero luego, le recuerdan al caminante su dolor y cuan tierno y cariñoso había sido aquel joven entregado a las llamas, rogándole :"Quisquis ades dicas si(t) tibi terra levis". (A quien quiera que esté presente, diga, séate la tierra leve.) Es como si le rogara una oración por el difunto, frente a cuya tumba se encuentra el viandante, quizás de esta manera, recordándole el dolor sufrido por los vivos, ante su muerte, es como si el difunto se encontrara menos sólo, acompañado por el recuerdo de quienes todavía están sobre la tierra.
Resultan muy curiosas las denominaciones latinas, de las diversas clases de prostitutas, según su localización. Las había, que buscaban su clientela ubicadas bajo las "fornices", o sea, las "bóvedas o arcadas" de los edificios públicos, como los circos, y teatros, esperando la salida de los espectadores, o simplemente de los que pasaban. Habitualmente estas mujeres eran persas u orientales, solían vestir de modo provocativo, y atraían a los clientes, mediante bailes sensuales. El tener relaciones sexuales bajo estas arcadas, ( fornices) acuñó el término "fornicar". Pero las que nos interesan de estas "quaestus meretricius", ("negocio por el que se cobra"),de ahí el nombre de "meretriz", son,“las que hacían la calle”, las: "Erratica scorta", que a su vez según el lugar, se denominaban de diversa manera y de ellas nos interesan, las Bustuaria, las que tenían su lugar de cita en los cementerios, y este es el motivo por el que algunos escritores cristianos, en los primeros siglos del cristianismo recomendaban no visitar los cementerios, desde el atardecer.
La Historia de Roma tiene mucho que ver con estas "prostitutas ambulantes". El mito de la fundación de Roma, nos muestra a dos niños Rómulo y Remo, que son recogidos y criados por una loba ,(lupa), y es cierto que los crió una "lupa", pero era una prostituta una "errática scorta", que hacía su recorrido, arriba y abajo por las orillas del río Tíber, y vió a los niños y los crió. Y de esta palabra surge la de "lupanar", el lugar en las que ejercían la prostitución, las "lupas".
Así como la palabra "prostíbulo" proviene de pro ( delante) stabula, una tienda de bajo nivel, ante la que se colocaban.
La palabra latina, que define esta "profesión " viene de la palabra latina, "prostituere" , que significa "exhibir para la venta", lo que nos da una idea del carácter de esta actividad, en la que la mujer se pone literalmente “a la venta”.
Aunque el significado más habitual de "stabula" es: cuadra, establo,“stabularia” significa “posada”, y esta era una localización muy habitual, de estas mujeres, ya que a juzgar por el diálogo que se encuentra en un relieve romano de Aesernia, ahora en el Museo de Nápoles, un cliente de una posada, arregla cuentas con el dueño, y este incluye en la cuenta los servicios de una muchacha, como algo tan normal, como podía serlo la comida, el alojamiento o la paja para la caballería..
-Posadero, hágame la cuenta.
-Un sextario de vino. Por el pan un as; por el pulmentarium, (plato de comida) ) dos ases.
-Conforme.
-Por la muchacha, ocho ases.
-De acuerdo también.
-Heno para la mula, dos ases.
-Bien.
Aunque estos alojamientos solían llamarse “Cauponae”, palabra, que abarca el significado general de tiendas, porque a juzgar por un texto de Plauto, también se ejercía el comercio del sexo en las panaderías, aunque en estas se encontraban las prostitutas más baratas y de menor nivel social, a las que acudían las clases sociales más pobres, como los siervos y esclavos.
Los griegos tan certeros en sus definiciones tenían un nombre para designar a las prostitutas callejeras, las llamaban " Jamaitipos camaitiros" “la que golpea la tierra”, indicándonos de esta manera tan plástica, de que el “servicio” se hacía directamente sobre el suelo.
El 17 de octubre, el Presidente de Gobierno, Pedro Sánchez, prometía impulsar una ley que aboliera la prostitución. Quizás debería recordar el famoso refrán " El asunto de la jodienda no tiene enmienda."
Porque, no lo intentó, ni la Iglesia Católica, y se limitó a considerar "pecado " el uso de la prostitución, se conformaron con que se respetasen las fechas de la Cuaresma, con el recato y recogimiento, propio de los días anteriores a la Semana Santa. Así en Salamanca se eligió a un cura " el Padre de la mancebía" al que el pueblo denominó "el padre Putas", que se encargaba de que antes del miércoles de ceniza, estas mujeres, se trasladaran mas allá de los muros de la ciudad, a la otra parte de río Tormes.
Acabada la Semana Santa, volvían realizándose una fiesta, que todavía se conmemora, denominada el "Lunes de Aguas", porque las mujeres pasaban el Puente sobre el Río. Realizando los estudiantes y no estudiantes, una gran fiesta, con la llegada de estas mujeres a la ciudad.
Evidentemente. Pretender tener éxito mediante leyes, y conseguir su desaparición, es perder el tiempo.