Nazareno Cruz y el Lobo
Vicente Muñoz
Una muy peculiar y atípica película de licántropos, Nazareno Cruz y el lobo (1975), del director argentino Leonardo Favio, a caballo entre lo folclórico y lo fantástico, lo dramático y lo romántico, lo surrealista y expresionista, que merece la pena desempolvar.
Pasolini, Buñuel, Jodorowski o Juan López de Moctezuma me venían a la cabeza durante su visionado, aunque la inusual estética y forma de sentir y contar de Leonardo Favio cree un universo único y atemporal, onírico y emotivo, con sello e identidad propia y muy diferente a todo lo que hayamos podido ver.
Pese a tener momentos de un romanticismo edulcorado difíciles de digerir, lagunas argumentales e interpretaciones excesivas y sobrecargadas, la película se sostiene en todo momento gracias a la falta de prejuicios de su director y su personalísima forma de narrarnos la historia, como si de una fábula contada a luz de la lumbre se tratara, su fantástica fotografía y puesta en escena, y el asombroso manejo de la cámara, con psicodélicos primeros planos de rostros y paisajes que nos envuelven de lleno en la trama.
Original y muy interesante propuesta, que no deberíais perderos.