Películas que Erizan la Piel: Symptoms
Vicente Muñoz
Sin duda y con mucho, la mejor película de José Ramón Larraz (por encima incluso de esa otra joya de su filmografía titulada Vampyres), y para mí, de hecho, uno de los mejores thrillers psicológicos de los años 70.
Rodada, como todos los filmes de sus comienzos (los mejores), en Inglaterra, Symptoms (1974) es un perturbador ejercicio de estilo, con una ambientación verdaderamente lograda, a la altura de las mejores muestras del género (y con Repulsión, de Roman Polanski, como referente ineludible).
Cada detalle y secuencia en esta película es crucial para consolidar el clima desapacible y otoñal que recrea, los paisajes de ensueño de la campiña inglesa, los gestos de los actores (impresionante Angela Pleasence, hija del genial Donald Pleasence), la inquietante banda sonora, el caserón donde se desarrollan los hechos y, por supuesto, la turbulenta historia que narra, que juega hábilmente con el morbo y la ambigüedad de la trama.
Como en esa otra obra maestra del terror psicológico que es The innocents, de Jack Clayton (inspirada en la novela de Henry James Otra vuelta de tuerca), Larraz consigue mantener la tensión e incertidumbre del espectador hasta el final del metraje, obligándole a sacar sus propias conclusiones.
Pero es sobre todo la atmósfera crepuscular que recrea, entre poética y aterradora, lo que hace inolvidable esta película, ese lago espectral, esos bosques amenazadores, esa sombría mansión y la desazón que provoca la lluvia, que representa como pocas la Inglaterra fantasmagórica de los relatos victorianos.