Esta carta me la devolvieron (sin abrir) los Reyes Magos de Oriente. Ahora comprendo que todo siga igual. Por insistir que no quede.
Esperados Reyes Magos,
vosotros que tenéis camellos, caramelos, coronas, oro, mirra, pajes, generosidad, sensibilidad y magnanimidad quizás tengáis también solidaridad con este pueblo de pueblos. Necesitamos ablandar a Alí-Babá y los tropocientos ladrones, dejar de creer en el Abra-Cadabra. Comunicadles a todos los niños que no existe Aladino sino el usurero que promete cumplir tres grandes deseos. Descubridles de una vez a los crédulos que los Reyes somos los parientes cercanos, los amigos y allegados, uno mismo. Nosotros nos quebramos la cabeza, rebuscamos el regalito entre las ofertas, nos decepcionamos o nos alegramos y siempre pagamos religiosamente con IVA.
Nos ha costado cara la magia, la extrapolación de la magia, la imposición de la magia y el golpe maestro de la varita mágica. Necesitamos la sencillez de la realidad, día a día e incluso verso a verso; pero no golpe a golpe.
Por favor no nos traigáis nada de Oriente, que para eso tenemos tiendas en nuestro barrio y fábricas en nuestras autonomías. En nuestro Reino necesitamos recomponer el tesoro, dejar de diezmar al campesinado, construir mazmorras para los bufones y los consejeros, emplear a la nobleza, rehabilitar y reinsertar a los dragones. Tenemos mucho trabajo por delante y nos vendrían bien herramientas, pautas e ideas, Sin embargo preferimos que no hagáis magia negra y abonéis lo adquirido.
Atended nuestra súplica, Reyes; o mejor, nuestra solicitud; o mejor, nuestra resolución: no queremos paragüitas de la China, queremos y exigimos que nos devuelvan nuestro país con sus gremios, artistas e intelectuales, niños formándose en la escuela pagada por todos los contribuyentes, enfermos curándose en los hospitales cuyos propietarios somos todos los conciudadanos, jóvenes trabajando en empresas e instituciones de su ciudad y yendo a cenar a casa. La televisión valenciana, si puede ser, que nos la devuelvan también. Y que se destine a las mazmorras a quien pronuncie las siguientes frases: “no es sostenible” “no está operativo” “hay que optimizar recursos”.
Todo esto, queridos Reyes de los Caramelos, no son regalos sino derechos. Por favor no hagáis magia potagia, haced justicia. De los regalos nos seguiremos ocupando nosotros.