Casi no llueve,
pero Vicky pasea
bajo su cúpula transparente de margaritas.
Paso tras paso. Alegre.
Y las gotas se abren como frascos
de perfumes del mundo.
Huele a leptones y a quarks,
a magnolios y amor
de noche bajo la luna de Nueva York,
a las calles mojadas
gota tras gota, y huele
a las flores que se nutren
de tempestades...
Paso tras paso, absorta,
como quien mira dentro
y fuera a la vez,
atravesando enormes
edificios de cristal,
espacios de silencio verde oscuro
junto a multinacionales.
Casi no llueve, casi
no llueve,
pero Vicky camina
bajo su cúpula transparente de margaritas,
paso tras paso. Íntima.
Y las gotas son lágrimas de Venus.
Bailan las bicicletas
en un mundo detenido.
Gira la noria grande
en colores degradee.
La música que escucha:
pisadas de piano
remontando los parques,
el estanque con estrellas
blancas de diciembre. Casi
no llueve, pero Vicky pasea
bajo su cúpula transparente de margaritas...