Letra y música: José Blanco
(Grabación: José Blanco, voz, guitarras y programación; Markel Elorza, bajo. Barakaldo 2011)
Tu toda
lo que te entrego es tu propia persona, amada en cada una de sus partes.
John Berger: De A para X.
Tú toda eres todo, tú sola eres todas, tú me pones toda
La miel en los labios con sólo nombrarte entera o por partes
Tu pelo me apela, tu frente me afronta, tus cejas no cejan
De cegarme cien veces, tus ojos me enojan si no quieres mirarme
Tu nariz me eriza, tu boca me aboca, tus labios, la vida
Tu risa me rinde, tus dientes, deleite, y tu voz, melisma
Tu mentón me entona, tu cuello, collado
Donde me he trepado para tener buenas vistas
Tus pechos me han hecho alpinista del lecho
Tu ombligo es mi amigo, tu cintura es mi cultura
Si el tardar es tu sintaxis, tu sentido, tú sin ropa
Tus muslos maduran la fruta del bosque que es mi alimento
Tu silo me asila, tu anillo me anula, tu abismo es lo mismo
En ti cabe todo, sin ti no soy nada, contigo, uno y trino
Dicho en dos palabras: la rosa y las espina, hombre y erecto
Tu nuca se oculta, tu espalda es el mapa de las constelaciones
Mi signo resbala por la curvatura de tu espacio-tiempo
Me encanta el momento en que abres la puerta
Y entro en el campo de tu influencia, a través del espejo…
Me ciega el destello de una supernova
Tu columna me vertebra, tus caderas me encadenan
Te he visto vestida pero fue hace mucho tiempo
Tú encima y yo debajo, tú, campana, y yo…
Es día de fiesta: ¡arriba, abajo, al centro y adentro!
Letra y música: José Blanco (Del libro Las nubes, Ed. Baile del Sol, Tenerife, 2006)
(Grabación: José Blanco, voz, guitarras y programación. Barakaldo 2011)
Canción del verano
Como el verano he nacido
para el sueño y el placer
para madurar los soles
hasta recoger su almíbar
como el verano he nacido
para el jugo y la alegría
para albergar un enjambre
de luciérnagas fugaces
en noche imperecedera
como el verano he nacido
para aquilatar las pieles
para atusar cabelleras
y dilatar las pupilas
donde fijar residencia
como el verano he nacido
para olvidar las promesas
que hiciera la primavera
las promesas son cansancio
un disfraz del corazón
afanado en devorar
las heces de su letargo
como el verano he nacido
para el aquí y el ahora
para enmudecer los grillos
cuando la sangre se adensa
y con dulzura imposible
el cielo acama la hierba
como el verano he nacido
para el eterno retorno
mas si el deseo no vuelve
quizá el amor sobreviva
al clamor de las cigarras.