Para ser mustias
he de admitir
que entiendo perfectamente
a los ángeles,
cuando tantísimo se quejan
del soplete abrasador
del zumbido, del pitido, los crujíos,
de esas galaxias
¡tan viejas y todavía funcionando!,
si soy yo, y me enervo
cada vez que se me cuela el lápiz
por detrás del Universo.
Téngase en cuenta además
que los querubines
son todo oídos y cabeza
y que casi siempre les toca sobresalir
por la parte de las hornacinas
cercanas a los gases/ a las nebulosas…
vamos una mierda:
antes que ángel,
¿yo?, ¡cariátide!