Todos hemos sentido una sensación de agobio, cuando en alguna película americana antigua, sale una mujer con una cinturita imposible, " de avispa". Pero quien puso de moda esta estética, que todavía algunas consideran el ideal de belleza y feminidad, fue un dibujante, en los movidos años 20, el norteamericano Charles Dana Gibson (1867-1944). El creó en sus dibujos, la "Gibson Girl", la Chica Gibson, que fue considerada el arquetipo de belleza femenina estadounidense, mujeres coquetas, sexis y con grandes curvas voluptuosas, de pechos grandes, cintura estrecha, ceñida por un corsé y anchas caderas
Las chicas Gibson, comenzaron a aparecer en las revistas, desde el 1890 y representaban el primer ideal femenino del atractivo físico. Durante 20 años, sus ilustraciones fueron el espejo en el que se miraban muchas mujeres, e intentaban conseguir el tipo físico del "reloj de arena". Pero esto no se reducía a conseguir una cintura mínima, esta estética se complementaba con unos peinados, cuidadosamente voluminosos, y unos vestidos vaporosos, y ligeros, mientras que sus movimientos, jugaban entre lo correcto y el más delicado erotismo, conscientes, de que la insinuación, era la más poderosa provocación.
Pero este modelo, aparentemente frágil, era engañoso, no era todo pura apariencia, este escaparate, en realidad mostraba un cambio radical en el papel de la mujer en la sociedad, y era seguido por mujeres jóvenes y desenfadas, inteligentes, y que querían tener un papel activo, en la sociedad en la que vivían, y unieron esta apariencia a unas ideas liberales y a la elección de profesiones en las que la cultura y la inteligencia, primaran, como las de periodistas, investigadoras, escritoras, artistas, y amantes del deporte, este aspecto, es representado por Charles, en muchas de sus ilustraciones, incluso, dibujando a una pequeña mujer, luchando contra un enorme boxeador, sugiriendo, que la inteligencia, podía vencer a la fuerza bruta.
Eran coquetas, sexis y con grandes curvas, pero a su vez revolucionarias, propiciando una época de cambio, a través de sus ideas. Muchas se incorporaron al mundo laboral y, sobre todo, al universitario. Se rompía así la tradición, en el que el papel de la mujer era únicamente el de contraer matrimonio, para engendrar hijos y criarlos.
Sin embargo, no eran bien vistas por las sufragistas, que pedían el voto y luchaban por los derechos femeninos de modo violento, pintando las paredes de grandes construcciones, provocando incendios de comercios y establecimientos públicos e incluso realizando agresiones a los domicilios privados de destacados miembros del Gobierno y del Parlamento...
Dentro de esa dinámica violenta, se puede incluir el que el 10 de marzo de 1914, la periodista y sufragista Mary Raleigh Richardson, tras esconder un cuchillo de carnicero entre su ropa, se acercó a 'La Venus del espejo"de Velázquez que se encontraba expuesto en la National Gallery de Londres, y se lió a cuchillazos contra el lienzo, la detuvieron, pero no antes de haber dado siete cortes al lienzo, que mas tarde, pudieron ser reparados. La prensa no se centró en el hecho político, que le había llevado a esta mujer a atentar contra la obra de arte, sino que el atentado fue descrito por la prensa, como "el desvarío aislado de una histérica que no podía soportar la belleza femenina. ¿Acaso las sufragistas no eran tipas feas y frustradas porque "no habían hallado en un hombre el amor ni en la sociedad un hogar seguro y confortable donde vivir y soñar"?"
Las chicas Gibson, de cinturas imposibles, e ideas liberales y las violentas sufragistas, nos muestran los caminos tan distintos, que han conducido a la mujer a conseguir, una igualdad legal. Nadie pensaría que las ilustraciones de un dibujante, mostrando a unas sofisticadas mujeres, llevarían a cambiar una sociedad, con la imagen de unas cinturas femeninas que pese a todo aún algunas mujeres que viven de la imagen, todavía pretenden tener.