Al tener en las manos el primer libro del poeta Pedro César Alcubilla Verde he respirado tranquila. Es, por muchos motivos, un acto de justicia poética que se haya publicado ‘Retrovisor’ la opera prima de este autor soriano que descubrí en las redes sociales. A veces las redes tienen estas cosas, se puede obtener una buena “pesca” incluso en las aguas más revueltas. Nada de esto sería posible sin el apoyo de pequeñas editoriales valientes e independientes como Canalla Ediciones, sello que apuesta por la voz de un poeta que puede dar mucho que hablar.
De un poema de Pedro César Alcubilla no se sale sin un nudo en la garganta. Poesía orgánica a más no poder, generosa, no escatima en emoción, autorreferencial pero sin caer en el charco tantas veces fangoso de la anécdota o la ocurrencia fácil. Sus vivencias, la experiencia vital del poeta, es sólo el primer ladrillo para construir sus elegías a lo cotidiano, a esa épica que habita en las cosas pequeñas. ‘Retrovisor’ no se puede leer de un tirón porque la emoción aprieta y hay que cerrar muchas veces el libro para tomar aire antes de retomar su lectura. Son poemas que agarran por las tripas, literalmente. Eso me sucedió la primera vez que leí uno de sus poemas, en las redes, creo recordar que fue ‘Tobogán’ o ‘Los cinco’ ambos recogidos en este poemario. Poemas que me llevaron directamente a otro tiempo, a otro olor, reactivando todos los resortes emocionales que mantenemos aletargados. Se nota que Pedro César Alcubilla escribe desde el corazón, desde las tripas, desde las entrañas porque es precisamente ahí donde nos lleva su voz furiosa y tierna. Sabe medir los tiempos en el verso, destacar los silencios y ser torrencial cuando la emoción lo pide. Hay mucho eco de los ochenta en un poeta con el que comparto generación y año de nacimiento. ‘Balada triste de los Playmobil’ o ‘cosas encontradas en un tambor de Colón’ concentran buena parte de la melodía emocional ochentera que atraviesa esta mirada retrospectiva de principio a fin. No es casual el título, ‘Retrovisor’, pues sabe Pedro César mirar hacia atrás conjugando a la perfección la nostalgia para que no se convierta en una oda a lo perdido sino en una elegía a lo logrado.
‘A modo de advertencia’ es el epígrafe con que da comienzo ‘Retrovisor’, con un poema de título infinito que es toda una declaración de intenciones poéticas y vitales. El poeta, desde este primer poema, ya se sabe perdedor. Sabe que perderá muchas veces y se prepara para ello mirando hacia atrás para aceptar esa derrota ya anticipada por una vidente cuando él tenía 5 años. Predicciones que nunca llega a leer pero que el propio poeta sabe que se van a cumplir indefectiblemente. Hermosa imagen e historia para hablar de algo tan básico como la asunción de nuestro papel en la vida. Estar preparados para las derrotas que vendrán porque sólo así podremos valorar nuestros aciertos.
Tiene Pedro César Alcubilla un tono carveriano pero más asequible, más cercano, más amable. Sabe dónde poner la mano para emocionarnos. Pedro César, el poeta, es para el lector como la mano de la abuela o de la madre que revuelven el pelo del niño que fue, ese vago recuerdo que nos escalofría y conmueve. Sus poemas son esa caricia, ese aliento que desaparecerá dejándonos desvalidos y solos. Lo sabe todo el tiempo el soriano, sabe que estamos aquí de paso y que nuestras hazañas, las más valiosas ya han sido realizadas cuando éramos niños, cuando ni siquiera sabíamos que éramos héroes y que nos acabaría aplastando el peso de nuestros sueños.
Uno de los poetas que más me gusta en la actualidad porque me lo creo, porque hay una verdad básica en su propuesta, una voz que me hace asentir, que me produce emoción, escalofrío. Y el mejor indicativo para saber si un libro te gusta: quiero más de esto. Que no se acabe, por favor.
