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ISSN 1989-4163

NUMERO 72 - ABRIL 2016

La Globalización Según Peter Sloterdijk

Il Gatopando

Título: En el mundo inerior del capital. Autor: Peter Sloterdijk. Siruela, 2007.

     

Ahora que la filosofía tiene que vérselas con gobernantes para quienes la educación debe regirse en función del mercado con la rentabilidad inmediata como principal criterio iniciativas como la del autor y pensador alemán Peter Sloterdijk, dirigida a aplicar el análisis filosófico a fenómenos que caracterizan el momento presente, parecen ir contra corriente. El título de su libro: En el mundo interior del capital. Para una teoría filosófica de la globalización (Siruela, 2007, traducción de Isidoro Reguera) no puede ser más explícito respecto a sus intenciones. Sloterdijk se propone analizar un proceso de alcance mundial que tiene un impacto creciente en nuestras vidas: la globalización, a fin de interpretarlo en clave filosófica. A tal fin divide su libro en dos partes: la primera comprende la evolución histórica de la globalización desde la Antigüedad hasta el presente, prestando especial atención a la era de los descubrimientos y las grandes exploraciones que a través de los océanos unificaron el globo terráqueo; mientras que la segunda se centra en los aspectos fundamentales de la globalización en el momento actual.

El surgimiento del capitalismo se produce con el paso de la imagen terracéntrica del mundo a la oceánica coincidiendo con la organización de las grandes expediciones marítimas a finales del siglo XV. “Los océanos son los soportes de los asuntos globales y, con ello, los medios naturales de los flujos deslimitados de capital: ése es el mensaje en la era entre Colón, el héroe del mundo marítimo, y Lindberg, el pionero de la era del mundo aéreo”. Globo y especulación son los conceptos fundacionales del capitalismo pero éste no se entiende sin otros factores más sutiles: la suerte o fortuna ligada al riesgo y a la incertidumbre en la búsqueda del beneficio, o el delirio de éxito, el autoentusiasmo o la desinhibición necesarias para la creación de una sociedad de oportunidades, elementos que surgen en la Edad Moderna y que Sloterdijk disecciona a fin de entender las transformaciones en la mentalidad de una época que daría a los europeos una ventaja comparativa que se prolongaría durante siglos.

Dicho proceso viene acompañado de innumerables innovaciones técnicas dirigidas a eliminar la distancia: desde la cartografía a la creación de los seguros que darían lugar al surgimiento de “los ciudadanos-riesgo que asumen créditos, especulan con capitales flotantes y tienen a la vista plazos de amortización”. El objetivo es hacer del exterior un territorio transitable con seguridad para los europeos, no importa que éstos a menudo actúen con desenfreno al verse en territorios sin dueño: la acción es más rápida que la legislación. Apoyados en los barcos, en la religión cristiana, en la lealtad con los príncipes patrios, en el registro científico del espacio exterior y en la traducción lingüística, el espacio exterior se hace habitable para los intrusos e invasores europeos y el globo un lugar lo bastante seguro para los movimientos circulares de capital.

En la segunda parte de su libro Sloterdijk se centra en el análisis de la globalización ya consumada, incontestada, tal y como la experimentamos hoy: “la consumación efectiva de la globalización terrestre se ha convertido en el argumento autofundante del proceso como tal”, a fin de analizar sus características y consecuencias: una creciente misantropía, el desplazamiento de los seres humanos de su espacio central en el mundo, la movilidad, el individualismo (los individuos han perdido la capacidad de conformar ejemplarmente el mundo).

Con la globalización efectiva el mundo entra en una nueva era poshistórica en la que todos los signos están orientados hacia el futuro en pos de un confort que, supuestamente, no va a cesar de fluir y crecer, al cual va ligado el concepto de unos derechos humanos que preparan la autorrealización de los consumidores –sólo están en todas las bocas allí donde ha de construirse la infraestructura institucional, jurídica y psicodinámica del consumismo-. “El capitalismo implica el proyecto de trasladar la vida entera de trabajo, deseo y expresión de los seres humanos, captados por él, a la inmanencia del poder adquisitivo”.       

Sloterdijk analiza también desde la perspectiva de la globalización acontecimientos como los atentados terroristas del 11S (por medio de invasiones mínimas influyen en el sistema total aunque como una medida que se agota en sí misma), la inevitable exclusión de amplias capas de la humanidad dada la imposibilidad de organizar bajo las actuales condiciones técnicas, político-energéticas y ecológicas un sistema homogéneo de bienestar, el turismo de masas como fenómeno cumbre –junto al petróleo- del capitalismo, la sustitución del sometimiento de los humanos por el de los animales útiles, la emergencia de los Estados Unidos como paradigma del sueño poshistórico o los factores que obstaculizan la homogeneización humana –la diversidad cultural y lingüística- y que conviene erradicar o marginar en favor de una globalización efectiva.

En el mundo interior del capital fue publicado originalmente en Alemania en el año 2005. Concebido, por tanto, en una época caracterizada  por el optimismo reinante en los años anteriores a la profunda crisis actual pese a que ya entonces Sloterdijk pronosticaba para la era posfósil una síntesis híbrida de vanguardismo técnico y moderación eco-conservadora en contraste con la cultura del derroche alentada de forma creciente a raíz de la Revolución Industrial. Pero su análisis resulta más redondo, más completo, en lo referente a la primera fase de la globalización mientras que en la segunda se limita a iluminar aspectos cruciales de la misma pero sin un afán totalizador. Resulta muy interesante y oportuno el uso que hace de la filosofía como un intento de desempolvar una disciplina que se tiene por autoenvolvente y abstracta y que aplicada a asuntos comúnmente estudiados desde otras materias proporciona una visión novedosa repleta de hallazgos a lo que no es ajeno el talante provocador del autor. Llama también la atención su recurso a la literatura –la Odisea, Julio Verne, Moby Dick, Dostoyevski y otros- como un medio privilegiado a la hora de interpretar aspectos concretos de la realidad. Dado el material que maneja y sus pretensiones metodológicas En el mundo interior del capital resulta una obra amena, asequible para el lector medio gracias a la capacidad divulgadora de Sloterdijk –capítulos breves, fluidez y sentido del relato- , la cual se resiente sólo en el tramo final cuando busca culminar su estudio con un marco teórico que apela al lenguaje conceptual. 

 

 

En el mundo interior del capital

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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