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ISSN 1989-4163

NUMERO 42 - ABRIL 2013

All-Star Superman o la Pervivencia de la Mitología

Josep Oliver

            ¿Cómo contar nuevas historias de personajes tan emblemáticos y de tan larga trayectoria como Superman? La cabecera All-Star debería haber sido, en principio, una manera de llegar a nuevas aproximaciones de esos personajes de DC sin comprometer la continuidad de las series regulares. Lo que pareceía un proyecto de gran magnitud finalmente se quedó sólo en dos títulos: All-Star Batman, de Frank Miller y Jim Lee, y All-Star Superman, de Grant Morrison y Frank Quitely, de éste último es del que hablaremos hoy.

            De Grant Morrison (Doom Patrol, Animal Man, Los Invisibles, etc.) podríamos esperar cualquier cosa menos una historia tópica. Y, en efecto, lo que hace Morrison en All-Star Superman es intentar contar una posible última historia y enfocada desde el punto de vista del mito. Algunos ya habían intentado aproximarse a esa última historia (como Kurt Busiek en su espléndida Identidad secreta), pero la maxiserie de Morrison consigue, además de reunir todos los elementos más característicos de toda la trayectoria de Superman (Luthor, Bizarro, el superperro, y un largo etc.), es hablar de la naturaleza de un personaje como éste.

            Y es que Superman es pura idea, es mito en su estado más puro. Desde su concepción, los autores que lo han tratado han jugado con los arquetipos que la mitología les servía para contar una historia de dioses y héroes modernizados. Vamos a ver por qué.

            Superman es Moisés. Enviado fuera de su hogar Krypton, en el que corre peligro por la desaparición del planeta, es encontrado por una familia que lo cuida (una pareja de granjeros en Kansas que no habían podido tener hijos, un elemento también muy cercano a la mitología y cuentística tradicional), ajena a su verdadera y poderosa identidad, que más tarde será revelada.

            Superman es Apolo. Una deidad solar, bella, justa y equilibrada (apolínea), que, además, en nuestro mundo recibe su poder del astro.

            Superman es Prometeo. Si Prometeo era castigado por llevar el fuego a los hombres, en All-Star Superman lleva a la humanidad nuevos conocimientos (relacionados con el sol), incluso a costa de su propia vida: la radiación masiva que ha sufrido en el núcleo del astro va a determinar, irónica y fatídicamante, su propia muerte.

            Superman es Hércules. Superman es advertido desde el futuro de que realizará doce tareas titánicas antes de su muerte, doce tareas que (como encadenar al Cronóvoro o derrotar a Solaris) recuerdan a las de Heracles.

            Superman es Edipo. Al igual que el de Tebas, Superman debe contestar la Pregunta Indescifrable de la Ultraesfinge o atenerse a su destrucción. En nuestro caso, el enigma que plantea la esfinge es: "¿Qué ocurre cuando la fuerza imparable golpea el objeto inamovible?".

            Superman es Orfeo. Debe descender a las profundidades del infraverso y volver de él. Esta parte de la aventura funciona como un descenso ad inferos clásico.

            Superman es Cristo. Desde la misma portada del tomo, en el que vemos al superhéroe descender del cielo con un aura en la cabeza, Superman tiene algunos de los atributos del hijo de dios, pero entre todos ellos destaca el de vencer a la muerte, aunque sea de forma simbólica o con alguna treta científica que le permita volver a la vida.

            Superman es Dios. El kryptoniano crea vida, Tierra-Q (una simulación que Superman crea con sus conocimientos científicos, para ensayar como es un universo sin su presencia), un planeta que intuimos es el que conocemos en nuestra realidad;  además, deja la cura del cáncer a la humanidad antes de su última hazaña mortal.

            Finalmente, las predicciones se cumplen y Superman muere. Los dioses de los mitos, aunque sean eternos, son cercanos a los hombres porque tienen sus mismas debilidades y afectos. Esto también puede verse en Superman, pero por supuesto, éste en cierta forma no puede morir, tanto por una razón interna (como personaje-dios) como por una externa (las reglas no escritas del género superheroico).

            Si hay alguna objeción que poner a All-Star es su excesiva longitud, pero ésta responde a un esquema previo (esos doce trabajos nombrados anteriormente) de desarrollo. Morrison crea la que quizá sea la mejor historia jamás contada de Superman, donde es capaz de reunir todas las características que le son propias a esta cabecera (secundarios, localizaciones, enemigos, psicología), y lo lleva más allá para ofrecernos como la función de los arquetipos míticos sigue muy vigente en la actualidad, y que los dioses no han muerto, sino que, simplemente, han mudado de capa.

Superman

Superman

Superman

Superman

 

 

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