Hoy hasta las letras están de luto... Era mi escritor en lengua castellana favorito. Me enamoró desde la primera novela suya que leí, La hoja roja, hasta la última El hereje. Me interesaba como persona y como intelectual por ese distanciamiento que tenía de toda parafernalia de famoseo literario y su independencia de todas las tendencias novelísticas, manteniéndose siempre coherente con su modo de entender la sociedad de la que se rodeaba y con su forma de plasmar esa realidad en todas y cada una de sus obras, con un estilo conciso, muy personal, y un uso de la lengua sin parangón dentro de la literatura en castellano. Nunca quiso darnos lecciones de nada y siempre apoyó a los nuevos autores. Recibió todos los premios posibles (salvo el Nobel) pero nunca alardeó de ello, más bien al contrario. La categoría de sus personajes no eran más que reflejo de la suya propia. Me gustaba su austeridad de buen castellano viejo, su discreción y su bonhomía.
Nunca le agradeceré lo suficiente lo mucho que aprendí leyéndolo. Descanse en paz.
Luto y poesía