cuando llueva sopa, muñeca
ese día:
diremos basta al cinturón que aprieta
a la canilla que gotea
a pordiosear un gesto
a encamarnos de puro miserables.
¡ah! cuando llueva sopa
esa mercadería enlatada por los yanquis, muñeca,
escupida con desdén por los muchos franceses
y españoles cogotudos que perdieron ese aire de quijotes de aquellos días
ilustrada mina mía cuando llueva sopa
será como un tango bailado a media luz entre los gatos
tuertos
y gallos de medianoches del abasto.
entonces seremos nuestros sin enmierdamientos
sin solemnes catecúmenos oyéndonos
sin sabias locomotoras de decir pavadas.
cuando llueva sopa -vos y yo-
estaremos del otro lado. tenedores
vislumbro
y manos escaldadas
recibirán los huesos malolientes de nuestros muchachos
cocinados en Malvinas
por los héroes de ayer y de hoy, a lo john wayne.
y en el cacumen heroico con olor a mucha mierda
reventaremos el estómago a fuerza de tragar
y tragar
moscas y sapos, culebras y caranchos, hiel
y serpientes de medio pelo.
porque cuando llueva sopa, morocha
¡ay! cuando sopa llueva
moverás las caderas como yo de puro tunante
y lo leeremos en los diarios editados en Tandil,
en Rosario, en Alververás y todo eso,
pero en francés, en inglés, en otra lengua.
la tuya también estará en mis labios
tal vez en parís como el morocho Cortázar,
tal vez en Indonesia, en Nepal, en Polonia,
haciendo sopa de papas, mientras fuera llueve agua,
como siempre, merde!