“Palomeras de San Roque" es uno de esos lugares estratégicos de montaña donde los cazadores escondidos en casetas camufladas, cazan a red la paloma torcaz, que emigra en el otoño hacia África.
Pervive en el lugar todavía, un rito de matanza ancestral, un impresionante espectáculo que mueve cada año miles de curiosos. El acto consiste en que los cazadores una vez que tienen a los cientos de palomas atontadas bajo la red, las van sacando una a una degollándolas con certeros mordiscos.
Una vez terminada dicha ceremonia de muerte, el rito continúa y esos cazadores con los labios aún chorreando sangre besan en la boca a las mozas que quieren buscar novio. Ya que dice la leyenda, que los besos mojados en sangre de paloma son los mejores aliados del amor.
No obstante, también se cuenta que durante las noches de luna llena, los cazadores incendiados de pasión amorosa , desenfrenadamente, acarician con los dientes el cuello de sus amedrantadas esposas.