A estas alturas, ya estamos un tanto hartos de tanto oír parlotear sobre la crisis, pero lo cierto es que la cosa va a peor, y según nos cuentan, cualquiera diría que puede suponer la quiebra del sistema capitalista y, por ende, del mundo tal y como lo conocemos hoy en día.
Por lo que nos han explicado, este apocalipsis financiero ha sido provocado básicamente porque las entidades financieras se han dedicado a ir ampliando el crédito a particulares y empresas hasta que el dinero prestado ha resultado mucho mayor que el valor del objeto financiado y de lo que el prestatario podía pagar de cuota. Hasta aquí, todo bien: es la típica estafa piramidal aunque a nivel mundial.
Los gobiernos, temiendo la quiebra del sistema –llamada “del bienestar” en unos países, “de liberalismo” en otros- han decidido acudir al rescate de las entidades bancarias y de seguros. Y aquí, más o menos, se acaba la descripción de los hechos.
Pero a mí me vienen a la cabeza preguntas e ideas que no me terminan de cuadrar.
Si han estado a punto de cargarse el sistema por esas prácticas, ¿quiénes son los responsables de haber estafado a los accionistas, propietarios últimos de los bancos? ¿Los Consejos de Administración que han firmado unas cuentas que ocultaban deliberadamente esos riesgos y que cobran una barbaridad por dicha responsabilidad? ¿Los departamentos de riesgos que no han impedido dichas operaciones, lo cual es su único cometido? ¿Las tasadoras que han falseado los valores de mercado de los bienes hipotecados y asegurados? En cualquier caso, todos y cada uno de ellos a estas alturas debieran estar imputados por los fiscales de cada país por estafa. Sin embargo, sólo en los casos de un único propietario de fondos de inversión –caso Madoff-, ha sido así. Este hecho, por sí solo, nos obliga a pensar que las cosas a lo mejor no son tal y como las cuentan. La lógica dice que si los Estados no lo hacen es, bien por miedo, bien porque también ellos serían responsables –y nadie tira piedras a su propio tejado-, bien porque lo que ha ocurrido es otra cosa diferente a la versión descrita.
Además utilizan nuestro dinero –a fin de cuentas, el dinero del Estado es de sus ciudadanos- para salvar, reflotar, ayudar, o como quieran llamarlo, a unas determinadas empresas y no de otras que van cayendo a la quiebra en un goteo continuo. Al final, son los propios Estados quienes deciden quién sobrevive y quién no, eligiendo a quién ayuda y a quién no. Pero, bajo mi punto de vista, esto es un “plus” que se ha obtenido de la “gran operación”.
Sospecho que esto ha estado orquestado desde el principio. ¿Por qué estalla en un momento y no en otro? A pesar de que era “vox populi” esa situación, ¿por qué no se detuvo a tiempo?
Una posible explicación es “para frenar a China y otros países emergentes” por parte de los países más ricos. Un par de datos para ver qué ha pasado entre China y USA. En 1990 China era la 10ª economía mundial, ¡incluso por debajo de España! El PIB de USA era 16 veces el de China. En el 2004, el PIB de USA, tanto por habitante como a nivel nacional, ya sólo sextuplicaba dicha cantidad y China se había convertido en la 6ª economía mundial. Mientras USA había multiplicado por 2 su riqueza, en el mismo período, China la había multiplicado por 5. Pero a finales del 2007, China ya era la 2ª economía del mundo y casi duplicaba la del 3º. USA ya no duplicaba siquiera al gigante chino. Si yo fuera USA, hace tiempo que estaría asustando y pensando qué hacer.
Añadamos unos últimos ingredientes.
Por un lado, el descomunal crecimiento del gigante asiático necesita de un consumo de materias primas brutal, lo que supuso que en los últimos años el hierro, el cemento y el petróleo disparasen sus precios de forma exponencial. El petróleo, por ejemplo multiplicó por 4 su precio en pocos meses. El precio del hierro, por primera vez, pasó a tener una cotización semanal incluso en mercados pequeños e internos como el español. Todo ello trajo un efecto inflacionista que en algunos países como Alemania, dispara las luces del pánico. No olvidemos que en el país germano echan la culpa a la inflación del ascenso al poder de Hitler.
Por otro lado, durante los últimos años, ha sido China fundamentalmente el país que ha financiado las economías desarrolladas. Es decir, la mayor inversora del mundo, junto con los países productores de petróleo debido a la multiplicación de su precio.
¿Qué harías vosotros? ¿Cómo parar a China? Mi hipótesis es a través de la quiebra, o casi, del sistema financiero. De un lado, cuanto más hayas invertido, más pierdes. Todo ese dinero que se ha volatilizado pero, ¿dónde se ha quedado? Seamos realistas: en los países más desarrollados financieramente. Sobre todo, USA e Inglaterra. Además, ha tenido efectos positivos: la inflación ha desaparecido, el petróleo vuelve a estar donde debía y, aunque está teniendo unos efectos alarmistas en la caída del PIB y el ascenso del paro en todos los países, la caída de la demanda afectará a quien más produce. En USA no es la primera vez que ocurre –el 29, el 73…-, pero en China sí. Creo que donde se van a ver las mayores convulsiones son en este país asiático, aunque reconozco que se me escapa de qué tipo serán y qué esperan conseguir los que la han provocado. Habrá que estar muy atentos a China. Y ya comienza: el día 19 de Marzo, el Banco Mundial ha rebajado el crecimiento previsto en China hasta el 6,5%, muy por debajo del 8% que necesita para sobrevivir a la crisis económica global.
Pero hay otra posibilidad que es aún más inquietante. ¿Y si hubiera sido China quien lo ha provocado? Medios tenía para hacerlo. En este caso, más vale que desempolvéis el Libro Rojo y os pongáis a estudiar mandarín aceleradamente, porque si son ellos los impulsores de este terremoto, nos queda poco tiempo fuera del “un país, dos sistemas”. Roguemos que el “sistema” que nos toque en suerte sea el de los miembros del partido comunista chino y no el de los vituperados campesinos.
Fuentes: http://www.indexmundi.com/map/?v=65&l=es
http://www.indec.gov.ar/principal.asp?id_tema=616
CIA World Factbook