Yo nunca he sabido si para lograr las cosas basta con
desearlas con mucha fuerza.
Lógicamente, algunas sí. Terminar una colección de cromos,
perder michelos, leer "En busca del tiempo Perdido", aprender
a cocinar. Pero otras, como volar, ser inmortal, hablar
con los muertos o entender a los pájaros me parece algo
más peliagudas.
Supongo que todos conocéis la historia de Rubén Noé,
el primer transexual embarazado de gemelos, que ha dado
unas cuantas entrevistas y ha aparecido por varios programas
de televisión. Rubén, como cuenta en su blog
y también al parecer en elmundo.es, ha sufrido un aborto.
Yo he visto cómo atacaban a este chico en la tele de
una forma tan salvaje que me ha dado vergüenza. Diciéndole
que si no es una mujer, que no puede dar a luz. ¿Por qué?
¿Acaso el ser humano no lleva toda su historia luchando
contra la naturaleza? Desde la caza, a las pastillas potabilizadoras
de agua, a la cirugía estética, pasando por la electricidad
y los aditivos de las hamburguesas, siempre hemos estado
inventándonos lo que fuera con tal de vivir mejor, durante
más tiempo, aún a expensas de los recursos naturales y
la lógica de la evolución.
Luego, claro, están las otras razones para hundir al
muchacho. La crítica moral/ética, si es moralmente bueno
que un hombre, que fue mujer, quiera quedarse con uno
de los rasgos más significados del sexo que cambió para
traer una criatura al mundo. A mí eso me da igual. Quizá
lo más preocupante sea que la futura criatura se haga
un lío cuando se lo intenten explicar. Pero una vez más,
yo creo que si se le quiere, el niño podrá crecer con
cierta normalidad. Anda que no hay padres "convencionales"
raros, pasotas y de todo, y en cuanto al hecho de que
la vida es confusa, creo que lo es y lo será siempre,
por mucho que uno nazca en un hogar católico, apostólico
y romano. Las familias y su estabilidad jamás se pueden
controlar. Es una lotería loca.
Por supuesto, con el nuevo dato del aborto, es muy fácil
pensar que todo esto fuera mentira, un montaje, un pretexto
para cargarse de importancia, para hacer bolos, como quien
toca el acordeón. Yo siempre me lo creo todo, y me gusta
ser así, y yo casi siempre creo que todo aquello que no
dañe a ningún tercero pertenece a la libertad del individuo.
Creo que es lícito perseguir tus sueños, aunque sean una
memez, aunque aparentemente vayan contra natura, aunque
la gente te insulte, aunque parezcan imposibles.
Como dicen en el anuncio de Aquarius, "Aquí cada uno
sueña lo que le da la gana."
Pues eso.
© Ángela Armero
Visita su blog
en Hotel
Kafka