“Para el jabalí usaré jabalina”. Cupido.
Entre pasado y futuro, este polvo.
Encendió otro cigarrillo, para seguir pensando.
Vegetariano con inquietudes se hace rumiante.
Matemática existencial: basta consumar para restar.
El pobre tenía que ganar dinero.
Lo perdonaba todo, menos que tuvieran que perdonarla.
Eustaquio y Falopio se conocieron borrachos.
Dentrífico y Cocreta fueron al estituto.
Los enanos detuvieron al gigante: ¡Alto!
Pero en resumen, cacumen y cerumen.
En mitad del duelo, el vaquero se rajó. Se me vio todo el culo.
Yo te quiero incondicionalmente. ¿Y tú?
Cuando sufras no sufras, es normal.
Niño consentido percibe el sinsentido existencial.
Poeta sin espejos se hace ensayista.
Cuando sufría pensaba: “¿Por qué yo, que no le deseo mal a nadie?”.
Visita guiada del chocho. Estalactitas, estalagmitas…
Se le agrió la sonrisa vertical.
Linda mujer. Pero tiene poco chocho.
Sucesos.- Un caballo se equivoca y se folla a una caballa.
“A veces soy muy cerrado”. Prepucio.
La zartén dijo: “Eres un cazo”.
Tantas lecturas para seguir siendo él.
Nadie puede escapar a su desatino.
El clítoris me gusta. Pero la palabra clítoris me gusta mucho más. Te la chupo toda.
Si no crees en los premios y no puedes entender que no hayan premiado a tal autor, entonces sí crees en los premios.
Que se autocensure tu puta madre.
En mi opinión, no todo es opinable.
¿No deberíamos vivir sin hacer preguntas?