ANTONIO LUCAS PONE EL DEDO EN LA LLAGA
Recuperamos para los lectores de agitadoras.com este magnífico artículo – como todos los suyos- publicado por Antonio Lucas en el periódico El Mundo el 21 de julio de 2009. Pensamos que se puede decir más alto pero no más claro....
LOS NENES DESQUICIADOS
En la misma semana, distintas barahúndas de mocosos salieron de batida para hacer palanca con las ingles en la vulva de dos párvulas. Otro síntoma de una sociedad tarada también por ese frente, donde los adolescentes confunden el ocio con el delito de violación. La mayoría de los sietemesinos sexuales implicados en los casos de Baena e Isla Cristina son menores de edad, por lo que el castigo oficial ante la salvajada no pasa de la suspensión cautelar de la paga. Jódete y baila.
Surge de este aquelarre confuso y machista un debate que busca remedio en la coartada de revisar una Ley, la del menor, que existe con claro complejo de culpa. A la derecha le da yuyu tocarla -ahora dicen sí, pero un día trastearon en nuestras vidas con Gobierno propio y nada- porque estas decisiones le otorgan un savoir faire represorcillo; y la izquierda de cancán considera que lo primero para edificar una sociedad igualitaria y responsable es la conciencia de salvar a las ballenas. Al final la ley queda desdibujada y gatillera, una manicura electoral, un ejercicio impotente cuando un pimpollo de 13 años le perfila a su novia el contorno de ojos ensayando con la mano la forma de un puño, o fuerza la pelvis de una lolita mientras perpetra con el móvil un porno casero. Sin mayor sobresalto.
No vengo a decir que de las leyes severas resulte una sociedad más fuerte. Ni que la única alternativa sea bajar la edad penal. Más bien lo contrario: que una tribu saneada no necesita torniquetes normativos para seguir adelante. Pero hemos salido flojitos y pasivos, con la mitad del cerebro libre de ocupaciones, y los nenes desquiciados gustan de esa estirpe. Los modelos son un asco, de la política a la economía. Ellos, a su modo, lo saben. La educación que nos venden es una paja mental hecha de retales copiados, protésicos y caducos. Y no apunto sólo a la sufrida labor de colegios e institutos, también a la sagrada familia, ese nido de perversiones que nadie se atreve a impugnar por no desafiar el canon. Así, lo que sale de vez en cuando es un bodrio de basca dislocada, tecnológica y chantajista que se pone con un viagrazo de Facebook y nadie sabe cómo atemperar. Otro descalabro compartido.
Cualquier ley endurecida nace de un fracaso previo. Si el cretinismo de unos piernas con dientes de leche sólo da para estirar una norma es que andamos muy perdidos, rencos de soluciones y autoridad. Muy cínicos. Mi generación no era mejor, pero al menos nos los montábamos de legales, incluso de románticos. Bastó con El clic inofensivo de Milo Manara
