A quien esté acostumbrado a conducir en esta isla le resulta del todo familiar, que cuando encontramos un obstáculo ante nosotros, lo normal es darle sobre la marcha al intermitente izquierdo para que los que vienen detrás sepan que tienen que aminorar la marcha. Conduciendo por Madrid y otros lugares de la geografía española, he constatado que esto no se utiliza, en todo caso le dan a las luces de emergencia. Quizás tengamos otro endemismo que tendremos que exportar. Dándole vueltas al tema, quizá esto se produce porque para nosotros es más cómodo y rápido darle al intermitente que estar buscando por el panel el botón de las luces de emergencia. Vaya usted a saber.
Últimamente me llegan al buzón de mi correo un montón de noticias sobre la inminente llegada del libro digital. Parece como si hubiesen diferentes medios del sector interesados en que pasemos a toda costa del papel a los bits a la hora de escoger nuestras lecturas. Como editor, este tema a veces roza la picazón, y me planteo si no estaremos quedándonos en el furgón de cola. Pero después del susto inicial, lo dejo pasar y me relajo contemplando el lomo de los libros que adornan las estanterías de mi casa. Les hablo con calma y cariño, los tranquilizo con palabras bonitas y prometiéndoles que siempre estaré a su lado en esta suerte de carrera por el consumo y por quien es más moderno. Desde que tengo narices siempre me han acompañado, me han sacado de mis tontunas y de mis entuertos. Es hora de que dé la cara por ellos.