Partiendo de mi sospecha de que la única diferencia entre los pobres y los ricos en el planeta Tierra es que los pobres tienen menos dinero para ser egoístas, llevé a término el siguiente experimento:
Tras una cuidada selección entre los más acérrimos defensores del movimiento "Okupa", entregué a 50 de sus activistas más fanáticos, repartidos por todo el mundo y sin conocerse entre si, la cantidad de 20.000.000 euros a cada uno de ellos, de forma aparentemente accidental, dejándolo en un maletín que encontrarían en la vivienda ocupada. Dos años después, en las grabaciones de las micro cámaras voladoras espías de seguimiento he podido ver como de los 50 sujetos sometidos al experimento, 49 de ellos son propietarios de un chalet de lujo con piscina, cancha de tenis y garaje aparte para la colección de coches de lujo, todo ello protegido con modernos sistemas de seguridad y personal de vigilancia. Completé el experimento pagando dinero a indigentes para que invadieran estas propiedades e intentaran dormir en los jardines. El 75% de estos pordioseros contratados fueron detenidos, denunciados y juzgados; el 25% restante fue apaleado, detenido, denunciado y juzgado. En cuanto al okupa nº 50, sigue viviendo en el mismo lugar, escondió el maletín en un colchón desvencijado y sucio y todas las noches extrae un billete para liar con él un cigarrillo de hachís. No ha comunicado el hallazgo a nadie. Sobre este caso tuve la duda de que este señor fuera efectivamente consecuente con su filosofía de vida, pero observé más tarde que era invidente y la droga la compraba con los beneficios de la mendicidad, empleando solo el dinero del maletín como papel para liar porros.