La arena es tan blanca
que recomiendan
no mirar las White Sands
directamente,
igual que al sol
en los eclipses;
apunten la imagen,
porque es buena:
lo real nos deja ciegos.
A través de las gafas
de sol
mi percepción
no es real, hay un filtro
entre el desierto y yo,
aunque pise la arena
y sienta su aire seco
por mi rostro.
De modo que lo grabo
en vídeo,
y luego miro,
de pie en la arena,
la grabación,
para ver el desierto.
El simulacro grabado,
la representación,
es más real
que lo real.