De qué sirve tener un cuerpo
si en seguida
desaparece.
De qué sirve tanta carne
si en la noche apenas se aprecia.
De qué sirve mi vello.
Mi triste y fuerte vello
que apesta a soledad.
Existen quizá facciones únicas:
ojos grandes,
bocas
acostumbradas al vómito
oscuro.
Palabras graves para este cuerpo
que se acaricia solo.
Que se deja acariciar por ti,
sólo,
ojos grandes,
labios,
dientes.
Boca acostumbrada
a que el poema aguarde.
A que la vida surja de este
pecho.
Contra ti: a que los cuerpos sirvan
al menos
para que el mundo se sostenga.
A que la vida surja, digo,
donde la muerte es un regalo.