Lánzala
que me dé de lleno
no importa que me abra la cabeza
no me incomoda la sangre
si es la mía ...
Me servira para hacer alguienes
que suban las escaleras
y pregunten qué me pasa.
Que venga la palabra
aunque sean proyectiles
y me griten,
no me importa
un adverbio que salpique
un adjetivo...
Eso sí,
que les arranquen el rimbombante
soniquete.
Si se me abre la herida
porque un sustantivo
me aprieta desconsiderado
con los brazos de la monotonía...
¡Cuidado!
que tengo los verbos en el disparador...
Y que brote la sangre cuanto quiera.