LECCIÓN DE ANATOMÍA PATOLÓGICA
“No quería convencer [Maiakovski], por supuesto, a sus declarados enemigos de las asociaciones proletarias de artistas, escritores, periodistas.”
Juan Bonilla, Prohibido entrar sin pantalones [p. 352]
Ejercicio de autoanálisis de su propia obra literaria frente a la autocrítica exigida por la burocracia de la Asociación de Escritores Serbios, defensa del “abogado del diablo” ante la ortodoxia del realismo socialista nacional yugoeslavo, Lección de anatomía, de Danilo Kiš, es un dialéctico alegato del escritor que apostaba por la renovación desde la literatura, y crudo memorial de agravios contra las consignas artísticas del comisariado literario yugoeslavo en tiempos de(l emperador) Tito —Jeremic y Šcepanivic—, que lo acusó de plagio en 1977, intentó uncirlo al yugo eslavo y acabó por empujarlo al exilio.
Con motivo de la aparición de su magistral novela Una tumba para Boris Davidovich,
Kiš, que ya había padecido las consecuencias cruentas del nazismo en su propia familia judía, se ve acusado por el régimen comunista de dar demasiado protagonismo a su raza, amén de abordar las “anacrónicas” purgas estalinistas, y de no contribuir a construir una literatura nacional yugoslava, plagiando fuentes extranjeras de procedencia occidental.
INTERVENCIÓN QUIRÚRGICA
“[…] los de ahora eran unos mercachifles, unos adoradores de los despachos donde se tomaban las decisiones, unos tontos del culo que se habían aprendido la tontería de que lo que se escribe ha de satisfacer las necesidades del pueblo sin darse cuenta de que lo único que hacían era repetir la cantinela burguesa de adoremos a los nuestros, adoremos nuestra conciencia de clase, adoremos lo que somos y no dejaremos nunca de ser […]”
Juan Bonilla, Prohibido entrar sin pantalones [pp. 358-359]
Ensayo postmoderno, pues, adelantado a su espacio-tiempo, en pro de una “literatura documental” —«Procedimiento que se aplicará consecuentemente en toda mi prosa: Salmo 44 se hizo a partir de un reportaje de periódico, y en él se utiliza documentación sobre los “días fríos” de Novi Sad», p. 141, n. 1— que aborde, en la gran casa común de citas de la intertextualidad, una “poética de los hechos” —«el montaje de sucesos reales —históricos, personales y hasta literarios— de forma tal que, a la manera de los “panoramas” que me mostraban cuando era niño, lo real y palpable pasa a ser, casi imperceptiblemente, pintura en perspectiva e ilusión”, p. 18—, con el objetivo, no de aproximarse a una supuesta objetividad, sino de alcanzar una autenticidad mayor, más en la línea histórica de Mann o Andric, que en la más metafísica de Kafka o Borges.
POSTOPERATORIO
“[…] y que él, que había llegado antes que todos sus críticos, había de renunciar a una seña de identidad por el solo hecho de que esa seña de identidad no se expresaba en los términos exigidos por los críticos oficiales, por los escritores proletarios que lo controlaban todo y cuya sed no parecía conocer tregua y pedían más castigo para cualquiera que se saliese de la fila.”
Juan Bonilla, Prohibido entrar sin pantalones [p. 345]
Magnífica disección de un totalitarismo que, en su vía nacional al socialismo, tiende a identificarse en su experiencia personal con el nacional-socialismo —“[El nacionalismo es] Paranoia individual y colectiva; una pérdida individual de la conciencia, por un lado, y por otro, por el colectivo, muchas paranoias juntadas y llevadas hasta el paroxismo” —, Lección de anatomía se cierra con una lección magistral de crítica literaria sobre La muerte del señor Goluja, “gulash” pseudoexistencialista de Šcepanivic —La boca llena de tierra se comentó aquí en su día—, meticuloso y obsesivo caso práctico de anatomía patológica que supone la praxis contraria a su teoría —el negativo de la fotografía—, y último tercio del ensayo, en el cual Kiš entra a matar en un acto de justicia poética que deja para el arrastre la obra del comisario escritor, reducida a casquería de la literatura.