El tiempo […], parece haber adquirido la pereza de la miel: Ricardo Menéndez Salmón: La noche feroz
Suspira Agar su agonía, angustiada entre jardines y río,
ante el ángel atento a sus sueños,
en tanto que Ismael se retira a su olvido pequeño,
y ya no habrá más embarazos perseguidos.
Hay mujeres que se duermen a deshoras,
seguras de que nadie las perturba
ni siquiera desde la ventana.
Hay madres tan seguras de sí mismas
que hasta duermen despreocupadas
de la lluvia que no llega,
de la galerna del miedo,
con sus hijos transparentes colores a besos.
Agar ha sido expulsada de casa de Abraham
-el tiempo parece haber adquirido la pereza de la miel
bajo la única condena de agua y pan-,
loslabios de Sara ya solo lo encuentran a él,
Ismael no riñe con Isaac
y Yavé está aún en silencio, ordenando ángeles
quellevan horas de incertidumbresy brazos últimos,
abrazos y desvelos para que el hijo no muera
a manos de su padre, un bosque mudo,
una pira insensata con el carnero,
todo, a menos que Él no lo quiera.
Fuera, extraditada, maldecida,
joven y guapa,
el pelo es una cinta de perfumes,
los labios entreabiertos por el deseo,
sus muslos cansados de suavidad,
perdidos de arena los ojos limpios,
su cadera como duna dereposo,
sus manos sin encontrar su aliento,
un desvelo de ángeles en sueños,
ensueños de mujeres y madres,
Agar suspira su agonía,
en los brazos, Ismael.
Mientras,Caravaggio incendia de colores la orden de Yavé,
y, antes, en la torre de Babel,
hemisferio helicoidal al cielo,
inane torre de los aires,
rampa de los idiomas,
se bautizan las lenguas,
con lo que ya Agar escribe su suspiro de agonía.
Ha aprendido Agar su desamor de Abraham,
su desolación ante Sara,
del enviado su silencio,
agua y pan del hambre,
la pereza de la miel del tiempo,
ysu desamor, su desolación, su silencio:
su suspiro de agonía,
se los cuenta al ángel,
que lleva la urgencia de los cuerpos celestes que huyen,
-como los amigos de la prisa que miran el reloj-
mientras mujeres y madres colorean a besos a sus hijos
y hay pintadas en todas las lenguas del mundo
por el suspiro de agonía de Agar.