No conozco la primavera.
Conozco las lluvias de mayo a noviembre
y la sequedad de noviembre a mayo.
Un zacate verdecido por la garúa fina.
La corrugada corteza de la brisa estival.
He visto producirse cosechas de primera
y de postrera. He visto floración profusa
de esencias y colores, el ayuntamiento
de las especies cuando el misterio de la muerte
baja con el tigre y su ronquido en la noche.
Conozco torrentes arrollando trancas
y cursos sinuosos bordeando obstáculos.
Conozco ramas que se tuercen,
plumas que se retuercen bajo el sol.
Siempre brota vida vigorosa. Siempre
salta de entre el monte rubio la abundancia.
El antitético signo del alacrán y la oruga
hacen los polos donde se producen estas maravillas.
¿Otra cosa distinta dice la primavera?