Soy un accidente,
un error de medida.
Un viajero de barro
que se lleva la corriente...
Soy el salvaje que derriba sus dioses,
que se atrinchera en tu cama.
Soy la galerna que te azota.
¡Yo conjuro al huracán!
Soy el hombre que veis.
Eso digo a mis pocos amigos.
Quisiera no correr,
quedarme a ser tu torbellino.
Busco una orilla extraña
pero yo no soy Ulises.
Que nadie me ate
cuando las sirenas canten.
No trato de conseguir perdurar
porque sé que sólo soy un accidente.
Tú eres el fuego,
yo la zarza que no se consume.
Tú las murallas,
yo enemigo que vela.
Y cuando vuelva
el guardián del universo,
a pedir cuentas,
delvolveré el trigo a su dueño.
No pretendo conseguir perdurar
porque sé que sólo soy un accidente.
Soy como un animal
agazapado y vigilante.
Soy el caos
o sólo un alma polvorienta.
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