O la “Crisis” como nutrimento orgánico
La crisis como nutrimento orgánico del Cuerpo social capitalista. Al repasar la vida vemos que su desarrollo está condicionado por el elemento social de la ley del mínimo esfuerzo aplicable igualmente al facto social y al factor ambiental. En la vida nuestra animal existe una intensidad de parásitos que se aproxima al límite máximo de la tolerancia. Habemos muchos “animales” parásitos especializados en explotar al hospedador de turno, siempre dentro de la clase obrera, dominados por esa otra clase de zánganos la mayoría monos antropomorfos, que consiente la vida y difusión de la especie a su antojo.
Hoy, la distancia que separa los límites entre los cuales un “animal” puede desarrollar su actividad constituye la llamada valencia gurtel. La presencia de zánganos es condición indispensable para la vida, y no ha sufrido variación desde los tiempos de la historia, no quedando a nuestra raza ecológica otra salida a la esperanza que el tubo digestivo y el aparato excretor, muy cerca de cual se encuentra el aparato reproductivo,
¡ Ahí es nada¡.
La única protección de los obreros, en su más allá, se encuentra en la tercera y última edad. ¡Vaya consuelo¡ que es como vivir en un mundo aéreo donde las plenarias, las lombrices, etcétera son considerables, para quienes la crisis es como para mear y no echar gota, sabedores, eso sí, de que la condición química del ambiente circundante ejerce notable influencia sobre las posibilidades de la Vida.
La crisis no constituye un obstáculo a la difusión de la vida. En el mundo hay demasiada materia viviente y descomposición digestiva para que nos vengan con el cuento chino de catástrofe, fin del mundo, etc., doctrina propia de apóstoles Oligoquetos (lombrices) que se distribuyen de acuerdo con la naturaleza de los cerebros, si son cerebros de mosquito, cerebros de chorlito, o cerebros de milano, siendo verdad que la composición química del medio actúa sobre los habitantes sea globalmente, sea específicamente.
Los zánganos muestran poca sensibilidad, y en términos generales viven cerca de las costas o en chalets de urbanizaciones de puta madre y medran en alta mar. Mientras, los obreros se preocupan más de los órganos respiratorios y excretores. El obrero pasa fácilmente a zángano, pero no soporta lo contrario por su relación con el medio. Los zánganos son poco tolerantes, mientras que los obreros y los obreros-zánganos ofrecen medios de reivindicación muy apartada de la neutralidad.
Los zánganos son necesarios para el desarrollo de la vida animal como lo pueden ser y de hecho lo son las bacterias, anerobios, gusanos intestinales, Lumbrícidos y larvas de mosca. La crisis es un invento constituido por determinadas fases del desarrollo. La vida no se desenvuelve con normalidad. No existe. Los obreros sufren una diferencia notable.